Con mucho menos bombo y desde una distancia mayor que cuando se inició la batalla por Mosul (Irak), la operación “Ira del Éufrates” está dando los primeros pasos en el plan de arrebatar Raqa en el noreste sirio al autodenominado Estado Islámico (EI). Comenzó el pasado domingo, cuando se encontraban a unos 40-50 kilómetros de la que se considera la “capital” del grupo terrorista.
Son milicias locales principalmente las que avanzan por tierra hacia esta ciudad en cuya provincia del mismo nombre se estima que viven unos 400.000 civiles. Una alianza armada kurdo árabe llamada Fuerzas de Siria Democrática (FSD) actúa con el apoyo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos junto a opositores sirios apoyados por Turquía. Sólo del lado kurdo árabe hay 30.000 combatientes luchando.
Pero además es posible que se hayan sumado unos 250 soldados estadounidenses, una información facilitada por las milicias y ante la que Washington no ha confirmado cifras pero sí que ha enviado militares para avanzar en la retaguardia como apoyo. El día del lanzamiento de la campaña militar, el secretario de Defensa Ashton Carter manifestó su satisfacción por su inicio a la vez que advirtió de que "como en el caso de Mosul, la lucha no será fácil".
"Los esfuerzos para aislar y, en última instancia, liberar Al Raqa marcan el siguiente paso en los planes de la campaña de la coalición", confirmó en un comunicado, recogido por Efe, en el que garantizó que EEUU hará "lo necesario" para facilitar los avances de sus aliados también en Siria.
El mismo 6 de noviembre, cuando se inició la ofensiva, Estados Unidos llevó a cabo varios bombardeos desde el aire contra posiciones del EI y vehículos, incluidos algunos que podían emplearse para suministrar explosivos. Así lo aseguró el portavoz del Pentágono, Peter Cook, en una rueda de prensa al día siguiente, en la que confirmó la presencia de helicópteros Apache sobre posiciones terroristas. “La presión en ambos lados es clave para evitar que el EI pueda coordinar ataques, moverse, reagruparse y comunicarse", dijo.
Las milicias aseguraron a Efe que en los primeros cinco días avanzaron entre 18 y 25 kilómetros sobre Raqa, dependiendo del flanco. Buscan crear un cerco amplio y aislar la ciudad antes de emprender el asalto final. Sin embargo, ello no ha evitado que un grupo del EI especializado en explosivos haya conseguido llegar desde Irak hasta la “capital” terrorista, de acuerdo con informaciones del según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ubicado en Londres pero con fuentes sobre el terreno, recogidas por Efe. La ONG asegura que se trata de un grupo de 46 personas denominado 'brigada de minas' y formado por exsoldados iraquíes. Antes de la batalla de Mosul, el EI preparó el terreno plantando precisamente minas, además de construir túneles.
No es como Mosul
Pero esta ofensiva es distinta a la de Mosul en un aspecto esencial, además del bajo perfil informativo que le está concediendo la Casa Blanca, posiblemente condicionada por esta semana electoral: en la batalla por liberar a la ciudad iraquí de más de dos años bajo el yugo terrorista, la coalición internacional liderada por Estados Unidos ha aunado sus fuerzas con el Ejército local y las fuerzas kurdas reconocidas por Bagdad. De hecho, son los iraquíes los que llevan el peso de la ofensiva. Pero en medio de la guerra civil Siria, una operación conjunta similar es impensable una planificación así, pues los países que conformaron el paraguas de “Amigos de Siria” están del lado de los opositores al régimen de Bashar al Asad. Si bien, esto es algo que podría variar tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, por su buena sintonía con el ruso Vladimir Putin, aliado de Asad.
El factor turco también es otro elemento distinto a la operación en Mosul, pues en el territorio iraquí Ankara ha tenido que insistir para que finalmente la coalición acabara cediendo ligeramente y admitiera su posible participación desde el aire en caso necesario. De hecho, en la batalla de Raqa los turcos participan sólo porque un bando de los rebeldes sirios sí ha querido contar con ellos, no así la FSD kurdo árabe, cuyo brazo político trazó una “línea roja” en este sentido. La explicación es sencilla: la alianza FSD incluye una milicia kurdosiria (YPG) que la Administración de Recep Tayyip Erdogan considera un brazo más del PKK.
Sobre este último la Unión Europea y Estados Unidos están de acuerdo con Ankara en clasificarlo como grupo terrorista, pero la Administración Obama no considera al YPG sinónimo de PKK. De hecho, el ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, comentó el martes que Turquía está “tomando medidas” para asegurarse de que los “grupos erróneos” no participan en la toma de Raqa. Aseguró que EEUU no estaba respetando el acuerdo de dejar que el YPG participara únicamente en el asedio pero no en la entrada a las ciudades tras la incursión de esta milicia en la ciudad siria de Manyib.
“Gran preocupación” por los civiles
De los 400.000 civiles que viven en la provincia de Raqa, hay más de 150.000 desplazados, según datos de la ONU, que ha mostrado “gran preocupación” por la seguridad de todos ellos. El último convoy de ayuda humanitaria que consiguió entrar en la zona lo hizo hace tres años, en octubre de 2013.
Por el momento, no ha trascendido el uso de los civiles como escudos humanos por parte del Estado Islámico, como ya ha ocurrido en Mosul u operaciones militares anteriores. El EI ha amenazado a los ciudadanos con ejecutarlos si hablan de la ofensiva, lo que considerarían un apoyo a los “apóstatas”, aunque por ahora se desconoce si han podido matar a alguien por este motivo. Una fuente kurda informó a Reuters bajo condición de anonimato de que el Estado Islámico está atacando con coches bomba “en gran medida”.
Otra cara de la moneda la expone el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que ha denunciado que los bombardeos de la coalición internacional sobre la localidad de Haisha a unos 40 kilómetros de la ciudad en la noche del 8 de noviembre dejó un número de civiles muertos sin cuantificar y provocó la huida de 20 familias… hasta la boca del lobo, Raqa. “Si el Estado Islámico no nos desplazó, la coalición lo hará”, han llegado a asegurarle algunos afectados al Observatorio.
Desde el 6 de noviembre, la FSD ha retomado el control de al menos 19 granjas y pueblos. Varias imágenes de personas huyendo de la zona de combate muestran a niños y adultos sonrientes subidos a un tractor o camioneta y en algún caso con su rebaño.
Al menos 2 meses más
El plan acordado por las milicias de opositores sirios y los kurdos es que sean los rebeldes sirios quienes tomen la ciudad llegado el momento, pues se trata de una urbe predominantemente árabe, no kurda. Sin embargo, no parece que se vaya a producir de forma inminente. La milicia kurdo árabe ha admitido que “no será fácil”, mientras que un responsable estadounidense en Washington ha confesado a la agencia de noticias Reuters que “no hay una fuerza capaz de tomar Raqa en el futuro inmediato”. Calculó que harían falta al menos dos meses más para ello.
Mientras tanto, la batalla calle a calle en la iraquí Mosul se acerca al primer mes de contienda, tras lanzar la ofensiva el 17 de octubre cuando se encontraban a unos 20 kilómetros de la ciudad desde donde el líder terrorista Al Bagdadi proclamó su supuesto califato en junio de 2014.
Todos los expertos sabían que la toma de uno y otro bastión terrorista que dejarán herido de muerte al pretendido “Estado Islámico” no iba a producirse de la noche a la mañana y, de hecho, en Mosul los avances se produjeron más rápido de lo esperado. Queda por ver en qué punto se encontrará la batalla cuando el próximo 20 de enero Donald Trump se convierta en el comandante en jefe de Estados Unidos y en qué puede variar esto las operaciones.
Acabar con el proyecto de un "Estado" de estos terroristas es clave para destruir su seña de identidad y su capacidad operativa, pero no significa que su ideario vaya a desaparecer. El Instituto para el Estudio de la Guerra en Washington (ISW, por sus siglas en inglés) ha indicado que "EEUU debe reconocer que la campaña para recuperar Mosul y Raqa no derrotará al EI. Más bien, cualquier éxito militar en Irak y Siria debe ser la primera fase de una campaña para combatir al EI a nivel mundial, ya sea por medios militares [u otros]".
El autodenominado Estado Islámico está principalmente en estos dos países de Oriente Próximo, pero también ha conseguido hacerse un hueco en Afganistán y Libia. Sin contar lo que su propaganda vía internet ha conseguido en cuanto al reclutamiento en todas partes, incluido el seno de la Unión Europea.
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