Al menos 34 civiles han muerto por el fuego de la artillería gubernamental siria y los disparos de cohetes por parte de facciones opositoras en Alepo (norte), donde el ejército prosiguió su avance frente a los rebeldes.
De esos fallecidos, al menos 26, entre ellos siete menores y cinco mujeres, perdieron la vida por los proyectiles de la artillería de las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, en el barrio de Yeb al Quebeh, controlado por los insurgentes y situado en el este de la urbe.
La Defensa Civil Siria, que presta labores de rescate en lugares fuera del dominio del Gobierno, elevó el número de muertos a 45 y subrayó que en Yeb al Quebeh había desplazados procedentes de otras partes del este de la localidad.
Los también llamados "Cascos Blancos" publicaron un vídeo en el que mostraron imágenes de momentos después del ataque en las que podían apreciarse los cadáveres desmembrados de algunas de las víctimas, que permanecían tendidos en la calle.
La Defensa Civil afirmó que por esta zona pasa la vía que conecta la mitad oriental de la población con la occidental.
Mientras, los combates continuaron este miércoles entre las fuerzas armadas y facciones rebeldes e islámicas en el sureste de Alepo, donde los soldados y los milicianos progubernamentales progresaron.
Las autoridades sirias anunciaron que el ejército y sus aliados conquistaron el distrito de Al Sheij Said, en el sureste, según la agencia de noticias oficial SANA.
Avance de los efectivos gubernamentales
Sin embargo, el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, negó, en declaraciones telefónicas a Efe, que los efectivos gubernamentales se hayan hecho con el dominio total de la zona, aunque controlan amplias partes.
Asimismo, se desarrollan choques en el área de Al Ameriya, en el sur.
El portavoz de la opositora Agrupación Fastaqim, Omar al Saqar, dijo a Efe por teléfono que "hay un intento de las bandas de Al Asad y las milicias sectarias, bajo la cobertura de un fuego intenso, de avanzar por varios ejes, el más importante es el Al Sheij Said".
Al Saqar, cuyo grupo lucha en Alepo, reconoció que los efectivos gubernamentales progresaron por el barrio, "aunque los revolucionarios están tratando de dar la vuelta a la situación y han recuperado algunos puntos".
En los últimos cuatro días, los insurgentes, que tenían en su poder la mitad oriental de la ciudad, asediada por el ejército desde julio, han perdido el control de 11 distritos del sector norte del este de Alepo, que han sido tomados por el ejército y las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada kurdo-árabe.
Los efectivos gubernamentales han progresado, además, por algunos puntos del sur y han asegurado el aeropuerto y la carretera que conducen a él.
Falta de estrategia
Ante este importante retroceso, las brigadas rebeldes carecen de una estrategia y se están limitando a defenderse frente al avance del ejército y sus aliados, explicó a Efe el miembro de la oficina política del Movimiento Nuredín al Zinki, Yaser Yusef.
"Siendo sincero, no existe ninguna estrategia; estamos luchando para defender a nuestra gente con armas muy simples bajo los barriles de explosivos y armas químicas", apuntó Yusef, cuya organización es uno de los grupos armados más importantes de Alepo.
La escalada de la violencia en la parte oriental ha originado una ola de desplazados, que asciende ya a más de 50.000, de acuerdo a los datos del Observatorio.
Más de la mitad se han dirigido a los distritos orientales que quedan en manos de los insurgentes y al barrio de Al Sheij Maqsud, bajo el dominio de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada kurdo-árabe.
El resto se han trasladado a áreas controladas los efectivos gubernamentales.
Cientos de desplazados han sido arrestados por las autoridades e interrogados, aunque algunos han sido posteriormente puestos en libertad, mientras que otros se encuentran en paradero desconocido, agregó la ONG.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) estima que unas 20.000 personas han huido en las últimas 72 horas de sus viviendas en Alepo.
La Coalición Nacional Siria (CNFROS), la más importante alianza política opositora, pidió hoy al presidente de EEUU, Barack Obama, que intervenga para detener las masacres "cometidas por el régimen de Bachar al Asad y las tropas rusas" en Alepo.