El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, ha asegurado que "el Gobierno sirio ha establecido control sobre Alepo oriental", la parte que continuaba a duras penas en manos de los rebeldes.
Los incesantes bombardeos y los combates de los últimos días sobre las cada vez menores zonas que quedaban en manos rebeldes han cesado, confirma la oposición. Rusia ha negociado un alto el fuego en Alepo con las facciones de la guerra Siria. El acuerdo también incluye la salida de las fuerzas opositoras del que había sido su principal bastión de resistencia durante los más de cinco años de guerra que continúa en el país.
"Mañana saldrán los combatientes, se espera que a partir de las 05.00 hora local (03.00 hora GMT)", dijo a Efe por teléfono el presidente de la oficina política de la opositora Agrupación Fastaqim, Zakaría Malahifyi, que se encuentra fuera de Siria, aunque su organización tiene milicianos dentro de Alepo.
Sin embargo, las autoridades sirias están retrasando la aplicación del acuerdo para la evacuación de los rebeldes, sus familias y los civiles que así lo desearan, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La ONG apuntó que con esta medida las autoridades sirias y las milicias que las apoyan quieren mandar un mensaje a Rusia de rechazo de un acuerdo que fue forjado entre Moscú y Ankara sin consultarles. Así, los leales al presidente sirio se inclinaban más hacia una solución militar sin permitir la evacuación de los insurgentes. Mientras, decenas de autobuses esperan en la carretera de Al Ramusa en el sur de Alepo para realizar la evacuación.
Este martes, Naciones Unidas había confirmado la ejecución extrajudicial de 82 civiles, incluidos 13 niños. Por su parte, Unicef había denunciado hace sólo unas horas que un centenar de niños no acompañados se encontraban atrapados en un edificio atacado. Los civiles ya ni siquiera se atrevían a salir a salvar a personas heridas entre los escombros por miedo a morir en el intento y los cadáveres en las calles tampoco eran rescatados. Las incesantes bombas que han conseguido que los rebeldes acuerden rendirse en Alepo se encargaban de aterrorizarlos.
Pero la guerra en Siria continúa. El acuerdo es únicamente con respecto a la segunda ciudad más grande del país, donde en las últimas semanas las bombas también acabaron con todos los hospitales que quedaban en la zona rebelde, donde vivían unas 250.000 personas.
"El aplastamiento de Alepo, el enorme número de víctimas, el derramamiento de sangre, el desenfrenado asesinato de hombres, mujeres y niños, la destrucción... y no estamos en absoluto cerca del fin de este conflicto cruel", lamentaba poco antes de la toma total de la ciudad el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Zeid Ra'ad Hussein, en un comunicado.
Hussein ha denunciado que hay "informaciones que sugieren" que algunos de los combatientes opositores que han huido han sido "apresados y asesinados en el sitio" mientras a otros se los han llevado arrestados. Ha reconocido que no hay observadores independientes en la zona para monitorear la situación, pero asegura que los informes de "detenciones arbitrarias y tortura en Siria antes incluso de que comenzara el conflicto" obligan a tomar "medidas urgentes para la protección de las personas que han huido de Alepo".