Un ataque contra las fuerzas de seguridad egipcias cerca del monasterio de Santa Catalina, en el sur del Sinaí, ha dejado al menos un muerto y tres heridos, según la información difundida por la televisión estatal y recogida por la agencia Reuters.
Al menos un oficial de policía egipcio murió y otros tres resultaron heridos en el ataque, informó el Ministerio de Interior.
En un breve comunicado, la Policía aseguró que un grupo de hombres armados disparó desde lo alto de una montaña contra el puesto de seguridad.
Tras el ataque, se desató un tiroteo entre los integrantes del punto de control y los asaltantes, que acabaron huyendo, según la nota.
Una fuente de seguridad había indicado a Efe que el asalto había sido perpetrado por dos pistoleros en una motocicleta y que cuatro uniformados habían resultado heridos.
Asimismo, la televisión estatal egipcia había informado, en un primer momento, de que no estaba claro si se trataba de un ataque terrorista o si un agente había disparado su arma por error contra sus compañeros.
La población de Santa Catalina se encuentra en una zona montañosa del sur de la península del Sinaí que alberga el famoso monasterio del mismo nombre, que atrae a numerosos fieles cristianos por encontrarse donde la tradición sitúa la zona en la que Moisés recibió las tablas de la ley.
Los atentados contra puestos de control de la Policía y el Ejército egipcios son frecuentes en el norte del Sinaí y se multiplicaron desde el derrocamiento militar del presidente islamista Mohamed Mursi, en julio de 2013. En la región operan varios grupos yihadistas, entre los que destaca Wilayat Sina, que juró lealtad a la organización terrorista Estado Islámico (EI) y que ha reivindicado los atentados más graves perpetrados en la zona.
Egipto ha declarado la provincia del Norte del Sinaí zona de exclusión militar, ha impuesto el toque de queda y ha cerrado el acceso a los medios de comunicación.
El ataque se produce apenas una semana después de la explosión de dos bombas en dos iglesias coptas, atentados que fueron reivindicados por el Estado Islámico y en los que murieron 45 personas.