El Gobierno yemení y los rebeldes chiíes hutíes acordaron este jueves en Suecia, en la clausura de las primeras consultas de paz desde 2016, una tregua en la estratégica ciudad portuaria de Al Hudeida, en el mar Rojo, y continuar los contactos el próximo mes.
Las partes retirarán todas las tropas de la ciudad, que pasará a control de las fuerzas locales, y en cuyo puerto la ONU desempeñará un rol de "observación", reveló el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en Rimbo (norte de Estocolmo), donde se han celebrado las conversaciones.
Guterres llamó por teléfono al príncipe heredero y ministro de Defensade Arabia Saudí, Mohammed bin Salman (MBS) para informarle sobre lo acordado en Suecia. Precisamente MBS ha sido uno de los mayores defensores del conflicto en la región de Yemen, pero tras el desgaste político y personal provocado por el caso de Jamal Khashoggi -el periodista asesinado en el consulado saudí en Estambul hace dos meses-, el dirigente saudí no quiere que su imagen empeore todavía más.
Hodeida, controlada por los rebeldes huthis es el principal puerto de entrada para la ayuda humanitaria y las importaciones. La ciudad es objeto de una ofensiva por parte del Gobierno y la coalición que lidera Arabia Saudí desde hace varios meses.
El príncipe heredero saudí ha sido acusado reiteradamente por las ONG internacionales de derechos humanos de haber bombardeado a civiles en numerosas ocasiones en el país.
"Lo que habéis alcanzado es un paso importante para el pueblo de Yemen", afirmó Guterres, quien resaltó que Al Hudeida era cuestión de "ahora o nunca" y que el compromiso mejorará las condiciones de millones de yemeníes y permitirá abrir corredores humanitarios.
De acuerdo con la cadena saudí Al Arabiya, el repliegue de los huthis de los puertos se producirá en 14 días y su retirada de la ciudad de Hodeida hacia el norte en 21 días.
El enviado de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, dijo en rueda de prensa que es la primera tregua desde el inicio del conflicto en 2014 y se establece sobre "un punto central", y resaltó que el acuerdo incluye plazos concretos, pero no quiso dar más detalles porque el texto será presentado mañana al Consejo de Seguridad de la ONU.
Guterres -que llegó anoche a Suecia desde Katowice (Polonia), donde asistía a la Cumbre del Clima (COP24)- expresó su confianza en que el Consejo apruebe el documento y emita una resolución al respecto.
Las partes podrían alcanzar un acuerdo "en una semana o algo más" sobre el aeropuerto de Saná y existe un entendimiento sobre Taiz, la tercera ciudad de Yemen, mientras que en otras cuestiones "aún queda mucho que discutir", revelaron Guterres y Griffiths.
Guterres -acompañado también por la ministra de Exteriores sueca, Margot Wallström- habló de un "proceso en marcha" que continuará en un lugar todavía por determinar a finales de enero y elogió la voluntad de las partes y de otros actores implicados en el conflicto.
"Se trata de consultas dirigidas y realizadas entre yemeníes, pero ha habido contactos con todas las partes relevantes, que han tenido un enfoque muy constructivo para crear las condiciones necesarias", aseguró Guterres.
Durante la jornada final de las consultas, iniciadas el pasado 6 bajo el auspicio de la ONU y que se han celebrado en el castillo de Johannesberg (Rimbo), participó también el ministro de Exteriores del Reino Unido, Jeremy Hunt.
El Gobierno y los rebeldes yemeníes habían acordado a principios de esta semana intercambiar una lista de más de 16.000 presos para estudiar un posible canje, el primer compromiso de una reunión que Guterres se mostró esperanzado de que sea un primer paso hacia la paz.
Las últimas conversaciones de paz en las que las partes beligerantes se encontraron fue en Kuwait, a mediados de 2016 y, tras su final, la delegación hutí se quedó bloqueada durante tres meses en Omán porque la coalición árabe liderada por Arabia Saudí, que controla el espacio aéreo yemení, les obstaculizó la vuelta a Saná.
El pasado septiembre, la ONU intentó celebrar unas consultas en Ginebra, pero solo acudió el Gobierno yemení, porque los rebeldes se negaron a viajar por falta de garantías para volver a Yemen.
Los contactos en Suecia estuvieron precedidos de un cese parcial de las hostilidades entre el Gobierno y los rebeldes, cuyo trayecto fue supervisado por Griffiths para que se cumpliesen las garantías de seguridad que pedían estos.
La guerra en Yemen comenzó a finales de 2014, cuando los hutíes, que cuentan con el respaldo de Irán, se hicieron con el control de Saná, y el conflicto se generalizó en marzo de 2015 con la intervención de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí, a la que suministran armas Estados Unidos y otros países occidentales.
Este conflicto ha provocado la "peor crisis humanitaria en el mundo" en la actualidad, según la ONU.