Lions’ Den: el grupo que lidera el resurgir de la lucha armada en Palestina
A pesar de las redadas del Ejército israelí, el grupo se ha hecho fuerte, se ha extendido a otras ciudades y crece su apoyo popular en Cisjordania.
22 abril, 2023 04:07La vida parece tranquila en la Ciudad Vieja de Nablus, la gente actúa con normalidad. Durante las últimas semanas, como todos los años durante el ramadán, las familias y amigos se reúnen para romper el ayuno con la caída del sol. Sin embargo, la gente tiene miedo, está atenta a cualquier cosa que pueda parecer sospechosa, a cualquier persona cuya cara no resulte familiar. “No hay horario. Se les espera en cualquier momento”, dice Hasan, vecino de la localidad. “Puedes sentir que están ahí en todo momento. Si no es en persona, sus drones, si no, a través de palestinos colaboradores”.
Se refiere al Ejército israelí, cuyas redadas en esta ciudad al norte de Cisjordania son constantes y su aparición se espera en cualquier momento del día o de la noche. Algo tan cotidiano como una furgoneta de reparto se ha convertido en un elemento sospechoso y temido: ¿habrá gente dentro? Se preguntan. “Han venido camuflados en una furgoneta de una compañía local de leche de Hebrón, en coches que venden dulces… Al final, son soldados”, relata este vecino.
Hace apenas un año, la situación en Nablus era muy distinta, pues no era objeto de los constantes asaltos del Ejército israelí, como sí ocurría –y sigue ocurriendo– más al norte, en Jenin. Sin embargo, en verano de 2022 surgió un fenómeno que creció rápidamente: Lions’ Den (la guarida de los leones, en español). “Hay que tener en cuenta el contexto de resistencia armada que siempre ha existido en el norte de Cisjordania, especialmente en Jenin”, explica Daniel Lobato, activista español por la causa palestina. Esta nueva milicia palestina nace “en la Ciudad Vieja de Nablus como un intento de punto seguro donde no puedan entrar las tropas israelíes, una especie de zona libre”.
Los niños de la segunda intifada
Lions’ Den es un movimiento paralelo a otros partidos y facciones palestinas. No está vinculado políticamente a Fatah o a Hamás, ni a sus respectivos grupos armados. Sus integrantes, en su mayoría jóvenes en la década de los veinte años, provienen de esos otros partidos o milicias, a los que muchas veces siguen afiliados. El éxito de Lions’ Den es aglutinar a militantes más allá de sus diferencias políticas. Como explica Lobato, “su única meta es la liberación, el combate y la resistencia” contra los asaltos y la ocupación israelí; “sin más pelea política”. Han atacado checkpoints del Ejército israelí, asentamientos judíos en Cisjordania e incluso han matado a un soldado. Otra de sus características es la ausencia de jerarquía, que no les ha impedido extenderse a otras ciudades como Jenin, Hebrón, Tulkarm o Balata y unir fuerzas con las milicias locales de estos lugares.
A pie o en motos, armados con fusiles M16 por las calles de Nablus, estos jóvenes que resisten los ataques del Ejército israelí fueron los niños palestinos nacidos tras los Acuerdos de Oslo, cuya infancia estuvo marcada por la segunda intifada (2000-2005). “La primera palabra de mi hijo fue tanque; ni papá, ni mamá”, recuerda Hasan. Lobato opina que el crecimiento de Lions’ Den está “enraizado en la frustración de la juventud palestina”, ligada a la estrategia de Israel de “hacerles las condiciones de vida más difíciles, también por la vía económica, para que se marchen”. El otro aspecto es “la traición a la causa palestina que fueron los Acuerdos de Oslo; la corrupción de la Autoridad Palestina, que es una represión subcontratada por parte de Israel”, dice el activista.
La miseria, la falta de oportunidades y la opresión derivadas de la ocupación, además de la corrupción de su propio gobierno, pone a la juventud palestina contra las cuerdas. No tienen expectativas de un futuro mejor. “Han llegado a una situación en la que han perdido la esperanza” se lamenta Hasan, “por eso se comportan de una forma que, de alguna manera, les da dignidad y honor. La solidaridad con ellos por parte de la gente es enorme y se está extendiendo. Son los héroes”. Lobato apunta que, al unirse a Lions’ Den, estos jóvenes frustrados encuentran “hermandad, compañerismo y una meta clara: intentar hacer algo a los israelíes, aunque sea un rasguño y aunque se dejen la vida en ello”. En parte por eso, “no existe la planificación a largo plazo; en los próximos minutos puedes haber muerto. Solo se vive el presente”.
La parafernalia y la puesta en escena también juegan su papel en ese heroismo que buscan los jóvenes: uniformes negros, desfiles, canciones dedicadas a los mártires… La milicia cuenta con miembros fijos que van a cara descubierta porque “ya se han señalado mucho y son conscientes de que los israelíes saben quiénes son”, explica Lobato, “entre otras cosas porque los oficiales israelíes les llaman por teléfono a ellos o a sus familiares para amenazarles”. Sin embargo, en los desfiles militares, “se agregan más jóvenes de todo Nablus para hacer una demostración de fuerza”. Estos eventos se graban en vídeo y “sí que se tapan absolutamente todo, completamente uniformados, e incluso se quitan los relojes”, para evitar ser identificados por los israelíes.
Miedo a la infiltración
El pasado 9 de abril, Lions’ Den comunicó que había ejecutado a un espía palestino que informaba a la inteligencia israelí. En un vídeo difundido por redes sociales, Zohair Khalil, vecino de Nablus de 23 años, confesaba que los israelíes le chantajearon para colaborar con un vídeo en el que aparece teniendo relaciones sexuales con otro hombre. La información que proporcionó llevó a varias operaciones del Ejército israelí que acabaron con la vida de algunos de los principales líderes de la milicia. Los soldados israelíes han matado a muchos integrantes de Lions’ Den durante las redadas en Nablus en un intento de acabar con el grupo que, sin embargo, no deja de expandirse.
Desde antes de que el caso de Khalil trascendiera, se sabe que hay infiltración, que hay soldados camuflados y colaboradores en la ciudad. Por eso, los Lions’ Den vigilan las calles y controlan a todo el que resulta sospechoso o que viene de fuera. “Está en juego su vida. Es una lucha a muerte”, apunta Lobato. El activista estuvo en octubre en Nablus y cuenta que “cuando nos fuimos de allí iban a empezar a controlar a palestinos que no fueran de la Ciudad Vieja, a dónde iban y a qué iban”. Los turistas que han visitado la ciudad recientemente han sido parados por miembros de la milicia en la calle, se les ha exigido identificación y algunos han sido interrogados. También los niños que juegan en las calles “informan de cualquier cosa anormal que observen”.
¿Una guerra civil palestina?
La tensión entre la Autoridad Palestina y los grupos como Lions’ Den es cada vez mayor. El apoyo popular a las milicias es evidente en las manifestaciones multitudinarias que convocan y en los funerales de sus mártires, llegando a desafiar a las autoridades. Lobato recuerda “una encuesta de la propia AP del año 2021 en la que el 90% rechazaba a la Autoridad” y a su presidente, Mahmud Abás. “Hay que tener en cuenta que la AP es un aparato de represión del régimen colonial, subcontratado”. El activista piensa que se puede llegar a una guerra civil palestina: “Yo creo que los chavales de Lions’ Den y otros grupos se están reprimiendo al máximo para no acabar matando a algunos tipos de la AP”.
De hecho, el pasado 16 de abril, la milicia de las Brigadas de Jenin atacó la sede de la Policía palestina después de que detuvieran al hermano de uno de los milicianos. Casos como este se han repetido durante los últimos meses cuando las fuerzas de seguridad palestinas han detenido a miembros de las milicias. Esta amenaza se vuelve más real si se tiene en cuenta que hay policías palestinos, igualmente descontentos con la AP, “que tienen un pie en la Policía y otro pie en el Lions’ Den u otro grupo”.
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El rápido crecimiento del grupo y la cobertura mediática pueden dar una imagen algo exagerada del poder y la fuerza de esta milicia. Como dice Hasan, “no nos olvidemos de que son jóvenes no entrenados. ¿Qué son ellos ante un Ejército bien preparado y equipado con la mejor tecnología?” En esta lucha desigual, la movilización contra la ocupación se está usando por parte del gobierno israelí “para matar más palestinos”. “Esa opresión máxima va a conllevar que la sociedad israelí vaya pagando un precio cada vez mayor”, opina Lobato en alusión a los recientes ataques a israelíes por parte de palestinos.
Refiriéndose a la situación en Nablus, Hasan lamenta que no es el Ejército israelí quien sale perdiendo, sino la sociedad palestina. “No queremos que nuestros jóvenes pierdan sus vidas, los queremos para construir una Palestina mejor”. Denuncia que el mundo les ha dado la espalda: “Palestina ha estado 75 años bajo ocupación, ¿hasta cuándo? Eso es lo que estos jóvenes se están preguntando. Es la ocupación lo que ha causado esta miseria. El mundo debería actuar de alguna forma para poner fin a la ocupación”.