Después de 46 días de conflicto y varias semanas de complicadas negociaciones, Israel y Hamás han sellado este martes un acuerdo de tregua. El pacto, alcanzado en la madrugada del miércoles gracias a la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos, contempla un alto el fuego de cuatro días y la liberación de al menos 50 rehenes israelíes -mujeres y niños- que llevan retenidos en la Franja de Gaza desde el pasado 7 de octubre, a cambio de 150 presos palestinos (también mujeres y niños).
Así lo ha anunciado el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, tras una reunión de más de seis horas con su Gobierno, su gabinete de seguridad y el gabinete de guerra formado ex profeso para abordar el conflicto actual. A través de un comunicado, el Gobierno israelí ha informado de que "la liberación de cada diez secuestrados adicionales supondrá un día más de tregua".
"El gobierno israelí, las FDI y las fuerzas de seguridad continuarán la guerra para devolver a todos los secuestrados, completar la eliminación de Hamás y garantizar que Gaza no renueve ninguna amenaza para el Estado de Israel", reza el texto. Un funcionario israelí confirmó a la CNN la tarde del miércoles que el alto el fuego comenzará este jueves a las 10:00 (9:00 españolas).
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Pese a que el gobierno israelí no ha concretado sus concesiones en el acuerdo, según Reuters, Hamás ha aceptado el pacto a cambio de que se libere "a 150 mujeres y niños palestinos de las cárceles israelíes" y la entrada de más combustible y ayuda humanitaria a Gaza.
Según el New York Times, el acuerdo no podrá promulgarse hasta el jueves para dar tiempo a los jueces israelíes a revisar las posibles impugnaciones legales a la liberación de presos palestinos. Una vez comience la tregua, está previsto que se libere a los rehenes en grupos de 12 y 13 personas por día. El Canal 12 israelí informa de que dicha liberación se dividirá en cinco pasos.
Primero, Hamás los entregará a la Cruz Roja, que los transferirá a las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI). A continuación, los rehenes se someterán a un reconocimiento médico inicial por parte de las autoridades, y luego serán trasladados a uno de los cinco centros médicos aislados repartidos por Israel para reunirse con sus familias. En la cuarta etapa, las autoridades médicas y de defensa determinarán conjuntamente si al menos algunos de los rehenes pueden ser interrogados. En la última fase del mecanismo, los rehenes serán efectivamente interrogados por funcionarios de seguridad.
Oposición de la extrema derecha
Previamente, el presidente de Estados Unidos y principal aliado de Tel Aviv, Joe Biden, ya había asegurado que el "acuerdo estaba muy cerca". También el líder político de las milicias de Hamás, Ismail Haniya, se había pronunciado al respecto: detalló que se estaba "cerrando un acuerdo tregua" en un comunicado publicado Telegram.
Sin embargo, el anuncio oficial ha tardado más de lo esperado en llegar, principalmente por la oposición de algunos miembros de extrema derecha. Según Al Jazeera, el partido Sionismo Religioso, encabezado por el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, y el partido Poder Judío (Otzma Yehudit), liderado por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, han sido los más reticentes a aceptar el pacto con Hamás.
En las últimas horas, mientras se perfilaban los últimos flecos del pacto, las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) han intensificado su ofensiva contra Hamás en el norte de Gaza. Sobre todo en los alrededores de dos hospitales, el Hospital Indonesio y el centro sanitario de Al Awda, donde se refugian miles de civiles y donde Israel asegura que el grupo armado palestino tiene sus infraestructuras militares.
Cuando hace un mes y medio combatientes de Hamás perpetraron un brutal ataque por tierra, mar y aire contra varias localidades del sur del Estado hebreo, masacraron a 1.300 personas y capturaron a unos 240 rehenes, según las autoridades israelíes. Como respuesta, el ejército israelí se lanzó a invadir la Franja de Gaza en una operación que ha dejado ya más de 14.000 muertos y más de 6.500 desaparecidos que podrían estar bajo los escombros, de acuerdo con el Ministerio de Salud gazatí, controlado por Hamás.
A esto se suman decenas de miles de heridos, así como más de 1,7 millones de desplazados -más de dos tercios de la población total- que viven entre bombardeos y en medio de una grave crisis humanitaria por la escasez de agua, alimentos, electricidad, medicinas y combustible.
"No detendremos la guerra"
Al comienzo de la reunión del Gobierno, la tercera tras otras dos con los gabinetes de Guerra y Seguridad, Netanyahu dijo: "No detendremos la guerra tras el alto el fuego". El mandatario aseguró que el esquema del acuerdo incluye visitas de la Cruz Roja a los rehenes que aún no han sido liberados, así como el suministro de medicinas.
El ministro Benny Gantz también habló en la apertura de la reunión, diciendo que el esbozo de acuerdo "es difícil y doloroso desde una perspectiva humana, pero es el acuerdo correcto."
El mismo martes por la noche, el brazo armado de la Yihad Islámica Palestina (YIP) anunció la muerte de una rehén israelí que mantenía bajo su custodia y que, según el grupo islamista, tenía previsto liberar "por razones humanitarias".
En un breve comunicado, el portavoz de las Brigadas Al Quds, Abu Hamza, aseguró que "la dilación del enemigo provocó la pérdida de su vida", sin ofrecer detalles sobre las circunstancias de su muerte. Asimismo, responsabilizó a Israel del fallecimiento de la cautiva por "el bombardeo salvaje y frenético de cada centímetro de la Franja de Gaza".