Unos soldados israelíes participan en una de las operaciones de las fuerzas armadas de Israel en las áreas de Shejaiya, Rafah y Gaza central.

Unos soldados israelíes participan en una de las operaciones de las fuerzas armadas de Israel en las áreas de Shejaiya, Rafah y Gaza central. Efe

Oriente Próximo

El Ejército israelí alerta de falta de munición y pide una tregua en Gaza ante la pasividad de Netanyahu

El 'New York Times' cita fuentes de las FDI que piden un alto el fuego ante la incapacidad de rescatar a los rehenes. El primer ministro se niega.

3 julio, 2024 02:34

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró el pasado lunes ante los cadetes del Instituto Nacional de Defensa que la victoria en Gaza estaba un poco más cerca. Mientras se producía el ataque más violento en meses por parte de Hamás y la Yihad Islámica sobre territorio israelí, Netanyahu insistía en que sus tropas estaban entrando “en la última etapa de eliminación del ejército terrorista”, aunque matizó que "aún habrá que golpear a los restos que permanecen activos".

Dichos restos tomaron el barrio de Shejaiya, en Gaza City, hace dos semanas, mientras que la Yihad Islámica parece haber reorganizado sus fuerzas en Jan Yunís, lo que ha provocado un aviso de evacuación inmediata de civiles por parte de las FDI.

El optimismo de Netanyahu contrasta con la opinión del ejército, que ve las cosas desde el terreno y no desde la distancia del despacho. Las FDI llevan tiempo afirmando que la eliminación de Hamás es imposible y que no se puede insistir en esa idea pues es "engañar a la gente".

El portavoz de las Fuerzas Armadas, Daniel Hagari, manifestó recientemente que Israel tiene que trabajar en la construcción de una idea que sustituya a la de Hamás en las mentes de los palestinos. Sería la única manera de encontrar una paz duradera.

Netanyahu amonestó públicamente a Hagari, y sus aliados de extrema derecha, empezando por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, exigieron ceses en la cúpula de las FDI. Las palabras del primer ministro fueron contundentes: “Las FDI tienen que hacer lo que les pida el Gabinete de Guerra y así lo harán”. Solo que, desde la dimisión de Benny Gantz ante la falta de un plan claro de acción en Gaza y el Líbano, el Gabinete de Guerra no existe como tal. Las órdenes parecen partir únicamente de Netanyahu.

Los generales piden un alto el fuego

La brecha entre ejército y ejecutivo podría ser aún más amplia de lo que creemos. El New York Times publicaba este martes un artículo en el que citaba a varios generales en el anonimato que pedían un alto el fuego inmediato en Gaza. El objetivo sería doble: si Israel quiere traer a los rehenes de vuelta, la tregua es la opción más viable. Por otro lado, tanto si quiere seguir con la guerra en la Franja como, sobre todo, si quiere llevarla al Líbano, dichos generales consideran que no hay municiones suficientes y que conviene un rearme.

La idea de retirarse gradualmente de Gaza para concentrar el mayor número posible de soldados en la frontera norte con el Líbano y enfrentarse directamente a Hezbolá, la guerrilla terrorista chií patrocinada por Irán, lleva meses rondando las cabezas de los altos miembros del gobierno, pero no hay manera de conseguir cerrar el frente de Hamás. Cada vez que se produce una mínima retirada de tropas, sus miembros salen de los túneles armados y dispuestos a reanudar sus bombardeos intimidatorios.

Un tanque israelí maniobra cerca de la frontera con Gaza este martes.

Un tanque israelí maniobra cerca de la frontera con Gaza este martes. Reuters

Según la información del periódico estadounidense, el ejército israelí vería con buenos ojos incluso la permanencia de Hamás en el poder mientras dure el alto el fuego. Es un golpe en la línea de flotación del ejecutivo israelí, que siempre ha rechazado cualquier acuerdo de paz que otorgara a Hamás autoridad alguna. Por supuesto, preguntado por esta exclusiva, Netanyahu ha repetido que no habrá alto el fuego y que las FDI seguirán con su labor en Gaza hasta que se cumplan los objetivos militares fijados de antemano.

Hezbolá entra en el juego

En términos similares, tal vez por el carácter político de su cargo, se expresó el jefe de las Fuerzas Armadas israelíes, Herzi Halevi, quien aseguró este martes, en visita a una base logística en el sur de la Franja, que “las operaciones continuarán en Rafah hasta que acabemos con la infraestructura de Hamás”, añadiendo que “será una campaña larga, porque nos tomará un tiempo conseguirlo”. Una campaña larga, en principio, es incompatible con abrir otro frente en el Líbano, pero es difícil saber a qué atenerse.

Halevi aprovechó para calificar de éxito la batalla de Rafah y aseguró haber contado hasta 900 terroristas muertos en combate. Hay que tener en cuenta que Hezbolá dice tener a 100.000 hombres preparados, aunque las palabras de los terroristas siempre hay que cogerlas con pinzas. La organización terrorista libanesa aprovechó los rumores sobre desavenencias entre el ejecutivo y el ejército israelí para asegurar su disposición a “poner fin a toda actividad bélica” en el caso de que se llegue a un acuerdo de alto el fuego en Gaza.

El asunto aquí, como siempre, es qué quiere hacer Israel. Da la sensación de que no lo sabe. Un alto el fuego en Gaza que incluyera otro alto el fuego en el Líbano y que además sirviera para liberar a los rehenes que llevan ya casi nueve meses en el más horrible de los cautiverios sería música para los oídos de Antony Blinken y la administración Biden. Llevan meses luchando por un acuerdo así. Dicho esto, también sería una excusa para que los ultraortodoxos, visiblemente molestos tras la decisión del Tribunal Supremo de anular la exención en sus obligaciones militares de los estudiosos del Talmud, rompieran el acuerdo de gobierno. Netanyahu tendrá que elegir. La decisión no puede seguir prolongándose en el tiempo.