Los colonos preparan su futuro en Gaza: las FDI ya pavimentan el norte del corredor de Netzarim
Una investigación de Haaretz identifica maniobras del Ejército de Israel en el 26% norte de la Franja para garantizar asentamientos sionistas "indefinidos".
11 julio, 2024 03:54El Ejército israelí controla ya el norte del corredor de Netzarim, que corta la Franja de Gaza en dos mitades al sur de la capital, y debe su nombre al asentamiento sionista que se encontraba ahí en la anterior ocupación israelí. El área al norte de Netzarim, que supone alrededor del 26% de Gaza, está ya completamente controlada por las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI). De hecho, adyacente a esta frontera improvisada, las tropas han transformado el Hospital Turco, especializado en oncología, en una importante base militar israelí.
Ahora, según una investigación de Haaretz, las FDI también están creando la infraestructura necesaria para garantizar una "presencia indefinida en Gaza" y que pueda haber asentamientos sionistas en el cuarto septentrional de la Franja, mientras en el resto del territorio el Ejército prosigue su guerra contra el pueblo gazatí. El informe apunta que el Ejército está, literalmente, allanando el terreno: las primeras operaciones están consistiendo en despejar y apisonar el suelo y, seguidamente, pavimentar carreteras que reorganicen el espacio conquistado en los últimos nueve meses.
El periódico telaviví se basa en el análisis de imágenes por satélite y otras fuentes abiertas para deducir que, además de pavimentar carreteras, las FDI están ampliando las bases militares y construyendo infraestructuras en estas zonas ocupadas. El testimonio de un alto oficial del Ejército israelí confirma que estos esfuerzos están destinados a "una ocupación prolongada" de la Franja de Gaza.
El corredor de Netzarim
Una de las claves de la ocupación de Gaza a largo plazo, según Haaretz, es el corredor de Netzarim, una carretera de seguridad que divide el enclave por la mitad. Las bases que el Ejército ha establecido en Netzarim, incluso dentro del Hospital Turco, permiten a los militares israelíes impedir que los palestinos desplazados regresen a sus hogares en el norte de Gaza desde los campamentos de tiendas de campaña del sur donde ahora se ven obligados a vivir. La CNN informó el 9 de julio de que, según la ONU, se calcula que alrededor de 1,9 millones de palestinos de Gaza, nueve de cada 10 personas, son ahora desplazados internos. Muchos de ellos han tenido que huir de su residencia en más de una ocasión.
La idea de restaurar los asentamientos tras su evacuación en 2005 está ganando adeptos en Israel. El plan de rehabitación cuenta con un importante apoyo entre los dirigentes políticos, y al menos 12 ministros, un tercio del gabinete del primer ministro Benjamín Netanyahu, han declarado públicamente que apoyan la "judaización" de Gaza.
Entre ellos destacan el ministro de Finanzas y ministro de Defensa, Bezalel Smotrich, y el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir. Ambos mezclan justificaciones religiosas y de seguridad para la continua matanza de palestinos y el robo de tierras palestinas. Smotrich pidió que el ejército "borrara el recuerdo de Amalek de debajo de los cielos", mientras que Ben Gvir afirmó que la única forma de lograr la seguridad para Israel era mediante la colonización de Gaza.
Esta voluntad es visible entre los soldados que luchan en Gaza, lo que pone de manifiesto la creciente influencia del sionismo religioso en el Ejército, afirma Haaretz. Por ejemplo, se ha visto a muchos soldados en el terreno, incluidos oficiales, exhibiendo carteles y banderas que piden el reasentamiento o reemplazando símbolos islámicos y cristianos por estrellas de David.
Una forma en que los judíos israelíes podrían empezar a establecerse en Gaza es viviendo primero entre los soldados de las bases militares. Las condiciones geográficas son óptimas: al lado del Hospital Turco, el corredor de Netzarim atraviesa justo el centro del asentamiento homónimo que existió en Gaza hasta 2005. De ahí, resucitar Gush Katif (el grupo de 17 comunidades sionistas que existió al sur de la Franja) sólo sería cuestión de repetir la jugada en el resto del territorio.
En este contexto, el Netanyahu ha rechazado repetidamente los esfuerzos por alcanzar un alto el fuego que ponga fin a la guerra, aun a costa de abandonar a los israelíes capturados por Hamás que siguen en Gaza. Haaretz concluye su informe escribiendo: "Mientras las partes discuten y la guerra continúa, el movimiento de asentamientos se acerca poco a poco al cumplimiento de la promesa que hizo hace casi 20 años: volver a Gaza".