Netsach Cohen, un judío ortodoxo, se despide de su padre Uri Cohen mientras se presenta para servir en las Fuerzas de Defensa de Israel.

Netsach Cohen, un judío ortodoxo, se despide de su padre Uri Cohen mientras se presenta para servir en las Fuerzas de Defensa de Israel. Reuters

Oriente Próximo

Los rabinos piden a los ultraortodoxos reclutados a la fuerza por Israel que no colaboren con las FDI

"Si quieres reclutar a jaredíes, primero aprende lo que tienes que hacer para reclutarlos. No lo hagas a la fuerza. La situación empeorará la disputa".

22 julio, 2024 03:32
Agencias

La pesadilla de los ultaortodoxos finalmente se ha materializado. El domingo, el ejército de Israel llamó a filas a 1.000 miembros de la comunidad jaredí. Un 'refuerzo' de las filas que podría entorpecer el ejercicio de las tropas, en caso de que siguieran las órdenes de "negarse a cooperar" o "quemarles" de los principales rabinos ultraortodoxos. "Es nuestro deber mantenernos fuertes, como un muro que no puede ser traspasado, y dejar claro que no hay fuerza en el mundo que pueda separar a los estudiantes de la Torá de sus estudios", declaró el partido ultraortodoxo Shas.

El reclutamiento se produce un mes después de que el Tribunal Supremo dictaminara que el ejército ya no podía conceder exenciones generales a los seminaristas judíos del servicio militar obligatorio. Diferenciándoles del resto de soldados al incluirles en unidades específicas. La decisión no fue suficiente y los jaredíes saltaron a las calles. 

Dicha disposición llevaba en vigor desde la creación de Israel en 1948, cuando el número de ultraortodoxos era minúsculo. El nuevo cambio de política ha sido rechazado por los dos partidos religiosos del gobierno de Benjamin Netanyahu, lo que provoca severas tensiones en la coalición de derechas mientras continúa la guerra en Gaza, en la frontera con el Líbano y con los hutíes de Yemen.

Estudiantes del seminario judío ultraortodoxo.

Estudiantes del seminario judío ultraortodoxo. Reuters

Los líderes de la comunidad ultraortodoxa, que crece rápidamente, afirman que obligar a los estudiantes del seminario a servir junto a israelíes seculares, incluidas las mujeres, corre el riesgo de destruir su identidad como judíos religiosos. Sin embargo, no todos los jaredíes se niegan a servir.

"Jamás serviré"

La agencia Reuters pudo entrevistar a varios jovenes reclutas. "Si quieres reclutar a jaredíes, primero aprende lo que tienes que hacer para reclutarlos. No lo hagas a la fuerza", dijo Netsach Cohen, de 19 años, que ya se encontraba en el sistema y no habían solicitado la exención.

Sin embargo, otros como David Mizrahi, estudiante de seminario de 22 años y perteneciente a una comunidad más devota, dijo que nunca aceptarían servir en el ejército. "Quien no entiende el valor del estudio no puede entender por qué los jaredíes no quieren ser reclutados". Y aseguró que "forzar la situación empeorará la disputa".

Tras la primera serie de llamados, se espera que en las próximas semanas se envíen más avisos para un total inicial de 3.000 reclutas ultraortodoxos.

El gobierno todavía está intentando aprobar una ley de reclutamiento que potencialmente crearía algún compromiso limitado y resolvería el problema antes de que amenace la estabilidad de la coalición.

Sin embargo, con las tropas israelíes todavía combatiendo en Gaza, más de nueve meses después del ataque liderado por Hamás contra Israel el 7 de octubre, y una creciente amenaza de guerra en el Líbano , la presión del ejército y de los israelíes seculares para distribuir la carga del servicio militar ha crecido drásticamente.

Las tensiones con el ala más conservadora del Gobierno son latentes desde hace meses, alegando que el estado de Israel es "antisemita" al eliminar su derecho (privilegio en comparación con el resto de la población israelí) de exención de reclutamiento.

Unas 300.000 personas salieron a la calle en protesta de esta "discriminación", ya que "todos los jóvenes en Israel deben cumplir con su "deber" militar. El ministro de Defensa, Yoav Gallant (Likud, partido de Netanyahu) defendió que "hoy en día, existe una necesidad nacional real. Por lo tanto, estamos obligados a llegar a nuevos acuerdos y tomar decisiones que no habíamos tomado en 75 años".

Una decisión que resultó complicada para Netanyahu ya que su Gobierno depende del apoyo de dos partidos ultraortodoxos (Shas y Judaísmo Unido de la Torá), que tienen la capacidad de tumbarlo si así lo deciden.