Agencias

La jornada de huelga general convocada este lunes en Israel, descafeinada y con poco seguimiento, concluyó este lunes a las 14:30 hora local por orden de la justicia y con renovadas presiones de EEUU para alcanzar un acuerdo de tregua.

El Tribunal laboral de Israel ordenó adelantar el fin del parón nacional tras una petición de la Fiscalía, alegando que la convocatoria tenía un "carácter político" y no respondía a una reivindicación laboral.

Instituciones educativas, seis bancos del país y algunos comercios secundaron la huelga general, marcada por la normalidad en calles de ciudades como Jerusalén y Tel Aviv.

El aeropuerto internacional de Ben Gurion, en Tel Aviv, detuvo las salidas de vuelos solo durante dos horas, hasta reanudarlas alrededor de las diez de la mañana. Familiares de rehenes y docenas de ciudadanos bloquearon carreteras y cruces de forma intermitente.

"Nadie está contento hoy con nada", reclamó a EFE una portavoz de prensa del Foro de los Familiares de los Rehenes poco después de concluir la huelga nacional, que no ha logrado presionar al Gobierno de Benjamín Netanyahu para que cierre diferencias con Hamás y consiga un alto al fuego.

Ultimátum para una tregua

El Gobierno estadounidense, por el contrario, sí ha renovado la presión para alcanzar un acuerdo y se espera que en las próximas semanas presente un último plan de alto al fuego a Israel y Hamás, según adelantaron medios como el Washington Post, que de no ser aceptado por ambas partes podría suponer el abandono de las negociaciones.

Si las dos partes no aceptan el nuevo acuerdo que habría sido elaborado junto a mediadores de Egipto y Catar, aseguró un alto funcionario del a administración a este medio, esto podría marcar el final de las negociaciones lideradas por Estados Unidos.

Preguntado por esta información esta mañana en la Casa Blanca, el presidente Biden se limitó a decir: "Estamos cerca de un acuerdo para liberar a los secuestrados, pero no creo que Netanyahu esté haciendo lo suficiente".

Despedidas e indignación

Este lunes, en el funeral del rehén israelí-norteamericano, Hersh Goldberg-Polin, el presidente israelí, Isaac Herzog, volvió a pedir perdón por no traerle con vida a Israel y, al igual que el padre del joven, pidió la vuelta inmediata del resto de rehenes.

"Hersh, te pido perdón en nombre del Estado de Israel por no haberte devuelto sano y salvo, por no haberte protegido", dijo Herzog en un discurso que dio ante los asistentes tanto en hebreo como en inglés.

Esa misma indignación manifestó Gil Dickmann, el primo de la cautiva también muerta Carmel Gat, de 40 años. En una conferencia con medios, Dickmann lamentó que el Gobierno israelí no cediera ante ninguna de las demandas de Hamás para firmar un acuerdo.

"Sabíamos que Carmel estaba viva, (tan solo) semanas antes de su muerte. Fue decisión del Gobierno poner más problemas, como mantener el control del corredor de Filadelfia, lo que reafirmaron el jueves, el mismo día que se supone que mataron a Carmel".

El corredor estratégico de Filadelfia, la línea divisoria entre la Franja de Gaza y Egipto, permanece bajo ocupación de las tropas israelíes desde su llegada a la ciudad sureña de Rafah. Hamás pide al Gobierno israelí la retirada de sus fuerzas de esa zona, y de todo el enclave palestino, para llegar a un acuerdo.