Hamás filtra los nombres de los 34 rehenes que podrían ser liberados si Israel acepta un alto el fuego de seis semanas
- Las condiciones para un acuerdo parecen ya definidas: intercambio parcial de rehenes por prisioneros palestinos y retirada provisional de las FDI de Gaza.
- Más información: Hamás publica un vídeo de una soldado israelí capturada el 7-O: reprocha a Netanyahu que no pacte su liberación
A doce días de su investidura como nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump insistió este martes en que “desataría un infierno” en Oriente Próximo si Hamás no liberaba a todos los rehenes en su poder antes de que tomara posesión del cargo. Es uno de los compromisos más claros del presidente electo y tal vez por ello las cosas parecen haberse acelerado en el último mes en el frente negociador de Doha y El Cairo.
Incapaz de refugiarse en la ayuda de Hezbolá y con el régimen iraní aún lamiéndose las heridas tras la caída de su aliado Bachar Al Asad en Siria, Hamás se encuentra en un callejón sin salida: o llega a un acuerdo cuanto antes o su futuro puede verse seriamente comprometido.
Las últimas negociaciones parecen hablar de una liberación parcial de rehenes -básicamente, las mujeres y enfermos aún no liberados- a cambio de cientos de prisioneros palestinos y seis o siete semanas de tregua.
Ambas partes podrían haberse puesto ya de acuerdo en las cifras y condiciones para el alto el fuego y habrían dejado atrás su principal punto de discordia durante estos meses: Israel aceptaría retirar parte de sus tropas de Gaza… pero Hamás aceptaría a su vez que un importante contingente quedara en la Franja para vigilar que el acuerdo se cumple a rajatabla.
De esta manera, Netanyahu podría presumir en clave interna de no haber cedido en el punto más importante de la negociación mientras que Hamás podría vender un éxito parcial entre sus militantes. Israel se reservaría la opción de retomar la ofensiva en cualquier momento si las cosas no salen a su gusto mientras que la banda terrorista dispondría de un tiempo de gracia para reestructurar sus mandos y su infraestructura tanto política como militar. Obviamente, el acuerdo no sería el ideal para ninguna de las dos partes, pero sería suficientemente aceptable como para poder firmarlo sin perder la cara.
Indignación entre los familiares
Ahora bien, está claro que ambos se dejan una bala en la recámara. En el caso israelí, la presencia amenazadora de las FDI. En el caso de los terroristas, el hecho de que unos dos tercios de los rehenes -no se sabe exactamente cuántos están vivos y cuántos habrían ya muerto- permanecerían en cautiverio. Esto último no ha gustado nada entre las asociaciones de familiares, que pidieron este martes al gobierno de Netanyahu que cediera un poco más para conseguir un acuerdo que incluyera la liberación de todos los secuestrados.
En palabras de los representantes del llamado Foro de Rehenes, la liberación de solo 34 personas, entre vivos y muertos, condena al resto a permanecer en Gaza durante un tiempo indefinido, lo que puede ser fatal para ellos. Quince meses después de la masacre perpetrada por Hamás y del secuestro de más de doscientas personas, israelíes y terroristas solo se han conseguido poner de acuerdo una vez para un intercambio… y fue en noviembre de 2023. Desde entonces, nada.
Pensar que a este segundo acuerdo le puede seguir un tercero en poco tiempo parece demasiado optimista, por mucho que presione la nueva administración estadounidense.
Aparte, siguen las dudas sobre si Hamás realmente controla el paradero de todos los rehenes. Esta es una cuestión central que surge cada vez que se acerca un posible acuerdo y que nadie acaba de saber cuánta verdad esconde.
Los terroristas acostumbran a retrasar las decisiones basándose en que “necesitan tiempo” para la verificación mientras que en Israel creen que se trata de una maniobra dilatoria y que en realidad Hamás sí que sabe dónde y cómo está cada uno de los secuestrados. De hecho, este martes, fuentes del ejército israelí dieron a entender que los 34 rehenes acordados están en disposición de ser liberados en cualquier momento.
La nueva "lista de Schindler"
Esta lista de 34 elegidos, calificada por los familiares como “una nueva lista de Schindler”, apareció publicada en un medio saudí el pasado lunes, lo que hace pensar en una filtración interesada por parte de Hamás para demostrar su voluntad de acuerdo y cubrirse las espaldas ante la opinión pública internacional. De nuevo, no se especifica cuántos están muertos y cuántos están vivos. Obviamente, Israel quiere liberar al mayor número posible de rehenes con vida mientras que Hamás pretende quedarse con más piezas que intercambiar en el futuro, para evitar una invasión prolongada de Gaza.
El gobierno de Netanyahu negó que esa lista fuera la definitiva y aseguró que era un borrador proveniente de pasadas negociaciones. La posición del primer ministro no es sencilla y tampoco ha mostrado nunca una especial voluntad de acuerdo, según deja caer repetidamente el todavía secretario de estado norteamericano, Antony Blinken. Presionado por los grupos ultraortodoxos que sostienen su gobierno y a la vez rechazado por la mayoría de la ciudadanía, que prefiere un mal acuerdo que libere a todos sus compatriotas antes que un acuerdo ideal que se retrase indefinidamente en el tiempo, Netanyahu vive permanentemente entre la espada y la pared.
Del mismo modo, es normal que el presidente Trump, que ha confeccionado un aparato de política exterior claramente anti-iraní y proisraelí, exija resultados inmediatos. El enviado especial de la nueva administración, Steve Witkoff, ya está en Doha para seguir de cerca las negociaciones. Netanyahu debe satisfacer a demasiada gente en un estado delicado de salud -acaba de ser intervenido de la próstata- y mientras asiste a las sesiones del juicio que se celebra contra él por corrupción y soborno. De su capacidad para resolver en el corto plazo estas urgencias dependerá buena parte de su futuro político.