Una mujer iraní camina por la calle en Teherán.

Una mujer iraní camina por la calle en Teherán. Reuters

Oriente Próximo

Drones, cámaras y apps: Irán estrecha el cerco, aún más, sobre aquellas mujeres que se niegan a usar el velo en la calle

Las autoridades alientan a los ciudadanos a usar aplicaciones para denunciar a aquellas que violan el código de vestimenta en taxis o ambulancias.

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El régimen de los ayatolás endurece aún más el control sobre las iraníes que se niegan a usar el velo en el espacio público. Según denuncia Naciones Unidas, las autoridades de Irán estarían empleando drones y aplicaciones para vigilar el estricto código de vestimenta de la república islámica.

Pese a que a finales de enero, el vicepresidente para Asuntos Estratégicos de Irán, Javad Zarif, afirmó en Davos que se estaba aplicando ya en Teherán la promesa electoral del presidente reformista Masud Pezeshkian de presionar menos a las mujeres por su vestimenta dejando de sancionarlas o detenerlas, la realidad es otra.

Según un informe de la Misión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Islámica de Irán de la ONU, los funcionarios de seguridad iraníes están utilizando una estrategia de "vigilancia patrocinada por el Estado" para alentar a los ciudadanos a utilizar aplicaciones telefónicas para denunciar a las mujeres por presuntas violaciones del código de vestimenta en vehículos privados como taxis y ambulancias.

Además, la ONU denuncia el uso creciente de drones y cámaras de seguridad para monitorear el cumplimiento del uso del velo en Teherán y en el sur del país.

Según las leyes de la república islámica, las mujeres que desafían las leyes de vestimenta o protestan contra ellas pueden ser arrestadas. Durante estas detenciones, muchas reciben palizas e incluso sufren violaciones, denuncia Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos.

La muerte de Mahsa Amini

En las zonas del norte de la capital es normal ver a mujeres que no se cubren el cabello o que ni siquiera llevan un velo alrededor del cuello, algo que se ha convertido en un gesto de desobediencia social desde la muerte de Mahsa Amini en 2022 tras ser detenida por no llevar bien puesto el hiyab.

El año pasado la Misión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Islámica de Irán determinó que la teocracia del país fue la responsable de la "violencia física" que condujo a la muerte bajo custodia de Mahsa Amini .

Como respuesta a la ola de protestas, las autoridades iraníes han tratado de reimponer el uso de la prenda con castigos como la confiscación de vehículos o multas, sin éxito.

La obligatoriedad del velo se ha aplicado por épocas a lo largo de los años en el país persa. En algunos momentos las autoridades han permitido cierta flexibilidad sin detenciones o castigos y en otras, especialmente en primavera y verano, han aumentado la presión para imponer el estricto código de vestimenta islámico.

El Parlamento iraní aprobó una ley que endurecía las penas por no usar el velo, pero la promulgación de la ley se paralizó cuando solo faltaba la firma presidencial en diciembre.

La ley establece castigos para las mujeres que violen el estricto código de vestimenta con condenas de cárcel de hasta cinco años en caso de reincidencia, multas de hasta 2.000 dólares, la confiscación de automóviles y la prohibición de conducir, además de deducciones de salario o prestaciones laborales o la prohibición de viajar.

A pesar de ello, muchas iraníes continúan sin usar el velo como gesto de desafío ante el régimen.