Parece mentira que hace 80 años los corredores de los 100 metros lisos pudiesen batir récords por unas décimas de segundo, o incluso milésimas. Hoy en día tenemos modernos sistemas de medición guiados por ordenador con una precisión casi absoluta que nos indica el tiempo exacto en el que un corredor es capaz de recorrer la distancia de su prueba.

omega-olympic-1932-02

Pero hace 80 años no teníamos ordenadores ni sistemas tan avanzados. Y la medida del tiempo se hacía literalmente a mano.

La medición del tiempo de las pruebas dependía entonces de dos factores: la precisión del reloj y la capacidad del árbitro encargado. La primera está más que demostrada, y es que estos relojes tienen una precisión de medición increíble, pero la segunda es algo más complicada. Para empezar el juez en cuestión tenía que reaccionar mejor que cualquiera de los corredores en cuanto sonaba el disparo de salida, pero es que además tenía que ser capaz de parar el cronómetro en el momento exacto, ni un poco antes, ni un poco después.

No deja de ser sorprendente lo bien que se hacían antes las cosas sin ayuda de tanta tecnología, ¿o quizás todos los tiempos históricos que tenemos no sean del todo exactos?

vía | Business Insider