Así son las nuevas tarjetas gráficas Intel mas ambiciosas de su historia
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Como seguidor de la actualidad del hardware, es muy habitual encontrarme con una sensación de déjà vu cuando leo las noticias del día. Llego incluso a dudar de mi salud mental. ¿Acaso no vi un dispositivo muy parecido antes de ayer? ¿Me engañan mis ojos, o esta cpu ya salió el año pasado? Con Intel y sus gráficas integradas me pasa exactamente lo mismo. Cada año leo que se van a poner al nivel de las soluciones de Nvidia y AMD, y cada año esa promesa se pierde en la enormidad del cosmos.
Ahora llegan las nuevas gráficas integradas HD 5000 y la gama Iris e Iris Pro, que acompañarán a la nueva generación de SoCs (System on chip) de Intel, llamada Haswell. La integración entre la CPU y la GPU no es algo nuevo ni mucho menos, aunque Intel espera que su apuesta sea la correcta, y el uso de las iniciales SoCs no es casualidad: Intel apunta al mercado móvil con estos lanzamientos.
Para empezar, las nuevas CPUs, aunque evidentemente son mas rápidas, cuentan con la gran novedad del bajo consumo. En particular, algunos modelos aspiran a necesitar unos reducidos 10W, lo que los presentaría como buenas opciones para el lucrativo mercado de las tablets, donde Intel aún no ha marcado su territorio con autoridad. Por tanto, hay mucho y muy bueno que decir sobre las nuevas CPUs de Intel, pero eso ya lo esperábamos, ¿verdad?
Donde realmente se juega el tipo es en el apartado de la GPU, con una cuarta generación de chips que ya no tienen demasiadas excusas. Para empezar se habla de doblar o triplicar el rendimiento en 3DMark, que es como decir que eres un buen amante: normalmente no hay ninguna manera limpia de refutarlo. Lo que es mas palpable son las nuevas características y los datos brutos que tenemos de las nuevas gráficas.
La HD 5000 es, como su nombre indica, la mas continuista de la gama, y está orientada a Ultrabooks de bajo consumo y pocas exigencias. Con Iris, la gráfica orientada a portátiles finos, empieza lo bueno, con el doble de rendimiento que la generación anterior. Iris Pro, que acabará en portátiles de gama media-alta, es la joya de la corona gracias a su memoria DRAM embebida que garantizará hasta el triple de rendimiento de lo que conocemos. Un detalle interesante es que soportarán las tan cacareadas resoluciones 4k, además de permitir hasta tres pantallas al mismo tiempo al mas puro estilo Eyefinity de AMD. Por supuesto, son compatibles con los estándares gráficos del momento como DirectX 11 y OpenGL 4.0.
Es difícil decir si Intel cumplirá su promesa de gráficas integradas con la potencia de una dedicada de una vez por todas, al menos hasta que aparezcan en el mercado y pasen bajo el escrutinio habitual de benchmarks y juegos. Pero mentiría si dijera que no lo veo prometedor, y junto con los procesadores Haswell bien podríamos estar ante un golpe en la mesa por parte de Intel.
Fuente | Ars Technica