Alan Turing es perdonado 59 años después de su muerte
La de Alan Turing es una historia trágica, de las que no tienen final feliz pese a que todo el mundo está de acuerdo en que debería haberla tenido. El matemático británico fue pieza clave en la Segunda Guerra Mundial, cuando usó su pericia con los números para descifrar las comunicaciones que el bando nazi realizaba gracias a su famosa máquina Enigma. Cuando terminó la guerra, dedicó sus esfuerzos a un campo que apenas estaba en su niñez pero que se demostraría vital para el desarrollo de la humanidad hasta la actualidad: los ordenadores y los programas informáticos.
El padre de las ciencias de la computación
Él fue uno de los que formuló la teoría de máquinas capaces de resolver problemas matemáticos, “algoritmos”, y qué reglas debían seguir para hacerlo. Estas acabaron recibiendo el nombre de “Máquinas de Turing”, y establecieron la base para los primeros ordenadores tal y como los entendemos hoy en día, empezando por su propia creación, ACE. También fueron famosos sus estudios relacionados con las posibilidades de estas máquinas, y si algún día podrían desarrollar algo parecido a una inteligencia; de ahí el famoso Test de Turing para averiguarlo.
Condenado por ser como era
La historia de Turing tendría que haber seguido durante buena parte del siglo XX, y su prodigiosa mente tendría que haber ideado incluso mas revoluciones matemáticas. Pero en 1952 fue juzgado y condenado; su delito, ser homosexual (o “indecencia”, como lo llamaban), su castigo, “dejar de serlo”, o la cárcel. Sabiendo que encerrado no podría continuar sus trabajos, aceptó recibir tratamientos hormonales que acabaron perjudicándole psicológicamente de manera grave. Finalmente, agraviado y castigado por la misma Gran Bretaña que en su momento ayudó a defender, murió por una dosis de cianuro, algunos dicen que por suicido, otros por accidente.
Un perdón que no tendría que haberse dado en primer lugar
Solo hasta hace pocos años y con motivo de los diversos aniversarios relacionados con él o sus estudios, los políticos y mandamases británicos han accedido a pedir perdón, aunque nunca a simplemente eliminar sus cargos, ahora considerados inhumanos por la mayoría.
Hoy, la Reina Isabel II del Reino Unido le ha otorgado el perdón real. Tarde y mal, según muchos, porque un perdón lleva implícita una admisión de que hizo algo mal, cuando lo único que hizo fue luchar contra los tiranos e idear la base del siglo XXI. Al menos tenemos el consuelo de que el público puede saber mas de él y de su trabajo gracias a la presencia de su nombre en los titulares.
Fuente | The Independent