11 trabajos que han vuelto obsoletos

El avance de la tecnología hace inevitable que ciertos trabajos se vuelvan obsoletos, y que los que vivían de ello tengan que cambiar para sobrevivir; es duro, pero llevamos haciéndolo desde que decidimos experimentar. Hoy en día hay algunas industrias que se resisten a este cambio, presionando a los gobiernos para que creen leyes que alarguen lo máximo posible su maquinaria de hacer dinero, pero en vez de eso deberían echar un vistazo a algunos trabajos que hasta no hace mucho eran imprescindibles en cualquier ciudad y que hoy en día son historia.

Reponedor de bolos

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Antes de que en las boleras se implementase la maquinaria necesaria para reponer los bolos una vez que los hemos tirado, chavales con tiempo libre y ganas de ganarse unas monedas se encargaban de ello. No era el trabajo mas gratificante que existía, pero al menos era algo.

Despertador humano

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Antes de que un estridente sonido electrónico nos despertara por las mañanas, teníamos la opción de que alguien se pusiese a pegar golpes a nuestra ventana hasta que nos levantásemos; al igual que otros trabajos en esta lista, no se pagaba mucho, y el servicio estaba al mismo nivel. Había quienes usaban tirachinas o palos largos, o simplemente silbatos. Eso sí, se quedaban hasta asegurarse de que te habías despertado.

Cortador de hielo

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No hay muchas cosas mas peligrosas que cortar el suelo que pisas, pero eso era exactamente en lo que consistía el oficio de cortador de hielo; estos bloques luego eran usados en neveras caseras.

Oyente militar

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De estos aparatos ya hemos hablado en Omicrono; fueron los precursores al radar por su capacidad de escuchar aviones enemigos a distancia, además de para calcular la distancia a la que se encontraba la artillería enemiga dependiendo de lo que tardase en llegar el sonido respecto a la luz del disparo. Este trabajo evolucionó hasta los operadores de radar de hoy en día.

Cazador de ratas

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Este es otro trabajo que evolucionó hasta lo que se conoce como control de plagas, y que sigue siendo viable hoy en día, aunque sus métodos sean muy diferentes. Básicamente había que cazar a mayor cantidad de roedores posibles por cualquier método, incluso con armas de fuego, evitando por supuesto mordeduras que conllevasen temibles enfermedades.

Sereno

Sereno

“Son las 11 y sereno” era una frase familiar en las calles por las noches. El sereno tenía varias funciones, como la de vigilar las calles, encender y apagar las farolas (antes de que fueran eléctricas), dar la hora, y abrir puertas; sería el equivalente a un vigilante actual, aunque al principio fueron los barrios de vecinos los que los contrataban a cambio de propinas.

Lechero

lechero

Ahora que podemos obtener todos los productos lácteos que queramos en el supermercado, suena extraño que la leche llegue hasta nuestra puerta pero así era el caso en muchos lugares del mundo. La razón es simple: sin neveras estos productos habían que comprarse a diario y entregarse con puntualidad. La entrega por casa de productos naturales continúa en muchos pueblos, pero poco a poco está desapareciendo.

Conductor de troncos

troncos

Aprovechando las vías naturales de transporte que ofrecían los ríos, estos trabajadores se encargaban de dirigir los troncos recién cortados con largos palos hasta las fábricas.

Operadora de centralita

operadora

Antes de que pudiésemos llamar a cualquier lugar del mundo con un toque, eran las operadoras las que permitían estas llamadas conectando físicamente los cables en la centralita según fuese necesario.

Resurreccionista

resurrecionista

También conocidos simplemente como ladrones de cuerpos, el suyo era un trabajo altamente ilegal pero necesario para universidades y científicos que necesitaban cadáveres frescos para sus pruebas y experimentos. Este trabajo solo existía porque no había una manera legal de conseguir estos cuerpos, y desaparecieron en cuanto los gobiernos actualizaron las leyes para permitir las donaciones.

Lector

lector

Pasar largas horas delante de un trabajo repetitivo puede ser agotador mentalmente, de ahí que algunos sindicatos y grupos de trabajadores contratasen a personas para que leyesen en voz alta periódicos, propaganda u otros textos.

Fuente | Imgur