Con la edición del 2014, la organización del Tour de Francia permitió a los competidores llevar cámaras encima, algo que hasta entonces estaba terminantemente prohibido. Algo que tiene sentido, porque realmente no es hasta hace bien poco que la tecnología ha avanzado lo suficiente como para crear cámaras lo suficientemente pequeñas y duraderas como para no suponer una molestia a los ciclistas y al mismo tiempo soportar las inclemencias de cada etapa. Gracias a esta decisión la red se está llenando de vídeos grabados desde las bicicletas, con los que podemos vivir algunas de las etapas mas duras de la prueba clásica francesa.

Otro punto de vista de la prueba

Curiosamente, las GoPro no están teniendo un protagonismo tan notorio como en otros eventos deportivos; puede que sea por su tamaño o porque no se acoplan bien a las bicicletas, aunque lo mas probable es que sea una decisión comercial; la mayoría de los vídeos están grabados con cámaras de la compañía Shimano, especializada en equipamiento ciclista.

Gracias a estas cámaras, podemos ver la carrera desde una perspectiva inédita; estamos acostumbrados a que los grandes protagonistas de la cita sean los paisajes con los que nos deleitamos por las tardes de verano, pero este añadido puede traer algo de emoción al evento.

Fuente | The New York Times | Engadget