Qué dice la ciencia sobre los animales mitológicos más famosos
Os damos una explicación científica para el origen de la leyenda de algunos de los seres mitológicos más conocidos, como las sirenas o el Yeti.
22 julio, 2016 20:32Noticias relacionadas
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¡Hay que ver lo que nos gustan las leyendas y los seres mitológicos a los humanos!
¿Quién no ha temido de pequeño al Coco o al Hombre del Saco? Pero la cosa no queda sólo ahí, ya que también existen un gran número de seres mitológicos como las Sirenas, el Yeti, el Kraken, el monstruo del Lago Ness o el Chupacabras, del que os hemos hablado recientemente.
Pues, del mismo modo que la ciencia ha podido explicar el mito del Chupacabras, también tiene mucho que decir respecto a otros seres mitológicos, ya que toda leyenda nace con un poco de verdad y se alimenta de mucha superstición. Y los científicos son los encargados de encontrar la verdad que disparó el mito.
La explicación a las sirenas, los seres mitológicos más traicioneros
Desde que Homero narrara en su Odisea cómo Ulises decidió atarse al mástil de su barco para no acabar en el fondo del océano preso del encantador canto de las sirenas han pasado muchos siglos, pero aún así de vez cuando se dan nuevos casos de personas que aseguran haber avistado a uno de estos bellos seres nadando mar adentro.
Lógicamente, la mayoría de los que aseguran estos avistamientos ni siquiera creen haberlo hecho, sino que no son más que charlatanes que pretenden sacar tajo de una historia inventada, aunque lo cierto es que acaban consiguiendo que algunas personas se lo crean.
De todos modos, a día de hoy casi todo el mundo parece haber asumido que las sirenas ni existen ni existieron, ¿pero qué dio lugar a la leyenda? Existen varias teorías al respecto, pero la mayoría de científicos parecen coincidir en que los protagonistas de gran parte de los avistamientos de sirenas debieron ser en realidad de ejemplares de manatí, un curioso mamífero del orden de los sirenios. ¡Sirenios! ¡Ese nombre no debe ser casualidad!
Y no lo es, ya que cuando nadan tienen la capacidad de elevarse sobre el agua mostrando su cola de una forma similar a las representaciones históricas de estas ninfas marinas. Además, también tienen en sus patas delanteras unas estructuras óseas similares a los dedos humanos y en su cuello una articulación que les permite girar la cabeza de una forma parecida a cómo lo hacemos nosotros.
Se cree, por lo tanto, que cuando personajes históricos como Cristóbal Colón narraron en sus memorias el avistamiento de sirenas en realidad habían visto a estos animales. Eso sí, estaría bien saber qué se habían fumado todos esos marineros antes; porque, sea como sea, hay que echarle bastante imaginación, ¿no creéis?
El origen de la leyenda del Yeti
Una versión bastante más fresquita de los seres mitológicos es la del Yeti, un supuesto primate de pelo blanco, también conocido como Bigfoot, que forma parte de un sinfín de leyendas originadas en lo más alto del Himalaya.
¿Pero tiene alguna explicación la historia de este Copito de Nieve de las alturas? Concretamente el caso del Yeti ha sido muy estudiado por los científicos, que en su momento se plantearon que pudiese tratarse de un homínido que hubiese compartido escenario con los seres humanos, del mismo modo que lo hicieron los Neandertales hace sesenta mil años.
Sin embargo, los estudios llevados a cabo para investigarlo han revelado una explicación mucho menos emocionante, pues parece ser que el Yeti no era más que un oso típico de las montañas del Himalaya.
Después de que se llevaran a cabo estudios de dudosa fiabilidad que mostraron no ser más que un fraude, la ciencia seria se unió al estudio de las piezas del rompecabezas que podría explicar el origen de este ser mitológico y para ello comenzaron secuenciando el genoma de unos pelos, supuestamente procedentes del Yeti, que habían sido localizados en el Himalaya.
Los primeros investigadores, que publicaron sus resultados en Proceedings of The Royal Society, explicaron que el vello estudiado procedía de una especie muy similar al oso polar que había llegado de algún modo hasta allí, pero estos datos fueron desmentidos después de un estudio posterior, publicado en la misma revista, en el que se concluía que en realidad se trataba de una subespecie del oso pardo que vive en alturas muy muy elevadas, como la del Himalaya.
Así que sólo era un oso. ¡Menuda decepción!
El monstruo del lago Ness, el ser mitológico que salió en Nature
Efectivamente, amigos, ¡Nessie salió en Nature! Todo aquel que se dedique a la ciencia sabe lo difícil que es publicar en una revista como esta, por lo que no es de extrañar que se le diera algo de fiabilidad a la historia después de que saliera en un artículo de la sección de noticias (sin revisión) en el que se la bautizaba científicamente como Nessiteras rhombopteryx.
Otra razón para que la historia gozara de cierto respeto es que esta criatura, habitante del famoso lago escocés, ha sido la única a la que se le ha hecho una foto, que en su momento resultó más o menos fiable, en la que se entreve un animal similar a los extintos Plesiosaurios.
Además, algunos científicos de renombre apoyaron la posible veracidad de la historia; como ocurrió con el divulgador Carl Sagan, que de nuevo llevó a Nessie a Nature para calcular su posible población a través de la física de colisiones. Años más tarde, tras comprobarse la falsedad de la foto y al no dar con ninguna búsqueda fructuosa, el propio Carl Sagan reconoció que no había indicios para pensar que existiera.
Sea como sea, han sido muchos los investigadores que han tratado de buscar en el fondo del lago Ness cualquier indicio de una nueva especie que pudiera explicar el origen de la leyenda de Nessie, pero de momento no han conseguido nada. ¿Quién sabe? Quizás sí que haya algo, pero de ahí a que sea un monstruo va un trecho bastante grande.
Lo que está claro es que al sector del turismo escocés le da la vida.
El dragón que resultó ser un rinoceronte
¿Y qué pasa con los dragones? Desde las bestias secuestradoras de princesas de los cuentos de hadas hasta los magníficos ejemplares de la serie de Juego de Tronos, la leyenda de los dragones se ha convertido en una de las más narradas en al actualidad; pues, a pesar de que nadie cree ya en su existencia, sigue siendo un personaje muy querido a la hora de redactar nuevas historias.
¿Pero cómo empezó la leyenda? Podrían existir varios orígenes para la historia, la mayoría de ellos iniciados en la mente de escritores y cuentistas, pero sí que es cierto que algunas civilizaciones, como las de la antigua China, aceptaron su existencia a raíz de la aparición de restos fósiles de gran longevidad.
En la antigüedad no existían arqueólogos capaces de reconocer el origen del animal que dio lugar a los restos fósiles, por lo que cuando se hallaban se recurría a lo que en su momento parecía una lógica aplastante: si es antiguo, debe pertenecer a un dragón.
De este modo, surgió la leyenda de los huesos de dragón, que hasta 1935 eran usados en forma de polvo para tratar enfermedades como el paludismo, debido al supuesto efecto curativo que suponían los restos de un animal mágico, como el dragón.
Posiblemente esos huesos procedan de un gran número de animales distintos, pero uno de los cráneos guardados entre ellos fue estudiado por un grupo de científicos que determinó que se trataba de un rinoceronte lanudo que había vivido hace aproximadamente 20.000 años.
Los unicornios, animales mitológicos con un posible origen real
Y qué bonitos son los unicornios, ¿verdad? Esos caballos preciosos, de pelo normalmente sedoso y blanco con su frente presidida por un enorme cuerno que seguramente haría pensar a otros caballos que es mejor no meterse con ellos.
Existen muchas leyendas en torno a estos bellos animales, como la las propiedades medicinales y mágicas de su cuerno y su sangre, que incluso formaron parte de una de las películas de la Saga de Harry Potter.
No es de esos animales que han hecho perder a la ciencia mucho tiempo en busca de su origen. No existieron y punto; pero, después de que en 2008 se descubriera en una reserva natural de la región italiana de la Toscana un ejemplar de corzo con un prominente cuerno sobre su frente, se tomó la hipótesis de que un animal similar pudo dar lugar a la leyenda en un pasado lejano.
Todo esto que hemos visto hoy no debe confundirse con la criptozoología, pues ésta es una pseudociencia que se encarga de buscar el origen real de estos seres mitológicos, tal y como los describen las leyendas. Lo que nosotros hemos hecho es dar una explicación científica, hallada por investigadores, a muchas de estas criaturas, mostrando de nuevo que la unión entre la ciencia y la literatura. Lo demás, por lo general, son supercherías.