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Omicrono

Crea tu propia consola retro con un cartucho de NES y disfruta de miles de juegos

Las Raspberry Pi ya han demostrado su potencial, y lo último que tenemos entre manos es un "cartucho" de NES que incluye 2400 juegos y un emulador.

26 septiembre, 2016 12:24

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Las Raspberry Pi han demostrado que se pueden hacer grandes cosas con hardware pequeño, y lo último que tenemos entre manos es un “cartucho” de NES que incluye 2.400 juegos y un emulador; pornografía para los amantes de los 8-bit.

No hace falta que lo diga, pero la tecnología avanza a pasos agigantados: ahora podemos almacenar cientos de gigabytes en el mismo espacio donde antes cabían apenas 64 megabytes, y los procesadores de nuestros móviles son capaces de tener muchísimo más rendimiento que habitaciones enteras de ordenadores de hace 20 años. Y en el futuro será igual, lo actual se quedará obsoleto y los nuevos dispositivos y tecnologías contarán con posibilidades inimaginables hoy en día.

El caso, y lo que venimos a comentar hoy, es que un usuario ha pensado en esto para llevar la tecnología actual a los cartuchos de la clásica NES de Nintendo. El ‘Pi Cart’ es un viejo cartucho de NES en el que se esconde una Raspberry Pi Zero y una serie de adaptadores, y jugar a los 2.400 juegos que esconde en su interior es tan sencillo como conectar la Raspberry a una televisión.

2.400 juegos en un cartucho, gracias a una Raspberry Pi

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Antes de nada, sobra decir que este cartucho no funcionará jamás en una NES: el primer paso fue destripar un cartucho original “de un juego terrible”. Una vez tengamos nuestro cartucho y hayamos armado nuestra Raspberry Pi con RetroPie -un emulador de NES, SNES y Nintendo 64-, montamos todos los conectores en su sitio y colocamos la Raspberri Pi en su interior. Organizamos todos los cables, cerramos el cartucho con los tornillos y listo, no necesitamos hacer nada más.

Lo cierto es que este enfoque tiene algunos problemas: las Raspberry Pi no tienen potencia suficiente para emular consolas como la Nintendo 64, no tiene un botón de apagado y la falta de WiFi nos obliga a transferir ROMs a través del USB. Aun así el resultado del experimento es vistoso y funcional, y es una manera genial de jugar a juegos de generaciones pasadas.

Zach, el responsable de este experimento, ya tiene planes para mejorar este concepto con menos cables y más funciones. Incluso tiene un plan mucho más ambicioso entre manos, introducir otra Raspberry Pi Zero en un cartucho de Game Boy, e incluso hacer una versión del experimento en formato Game Boy.

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