La vida de un sólo tornillo de un Formula 1

Este vídeo del equipo Red Bull nos muestra la creación de una pieza de un Formula 1; y no hablo de los alerones, la suspensión, o del volante, hablo de un simple tornillo.

La Formula 1 sigue siendo, pese a todo, la competición automovilística de más alto nivel que existe. Los mejores ingenieros, los mejores estrategas y los mejores pilotos se reúnen y se enfrentan en una batalla que es mucho más grande de lo que una retransmisión televisiva deja entrever.

Lo que vemos en la televisión son 22 coches dando vueltas y a un Mercedes ganando, pero para llegar a esa conclusión hay un trabajo enorme de todos los equipos implicados, que liman hasta el más mínimo detalle hasta que llegan a la parrilla de salida.

Siguiendo la creación de una pieza de un Formula 1

Sí, todos los detalles, hasta un solitario tornillo con designación RB12-FS-00663-02, fabricado por el equipo Red Bull para ser usado en la suspensión delantera del RB12 usado este mismo año.

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Aunque ahora mismo podemos ir a cualquier tienda y comprar más tornillos de los que pudiéramos necesitar, ninguno sería como el tornillo usado en un F1. Ninguno ha sido diseñado con tanto cuidado, partiendo de los planos iniciales creados a lápiz.

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Eso es porque no hay ningún tornillo que pueda realizar la misma tarea, que pueda soportar las mismas fuerzas y que encaje perfectamente con la suspensión ya creada.

La fabricación en sí del tornillo no se aleja mucho de un tornillo normal, es sólo que el proceso es más largo y complejo, e implica que esta creación pasará por muchas manos, será revisada por muchos ojos, antes de recibir el visto bueno para ser usado en un coche.

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Este camino también lo realiza el resto de componentes del coche, y en algunos casos es incluso más complicado, como en las partes que afectan a la aerodinámica como los alerones; en esos casos pueden existir innumerables revisiones, en busca de la última centésima de segundo.

Así que aunque la calidad de la competición no esté en su mejor momento, al menos siempre podemos ver la Formula 1 como un escaparate de tecnología en el que la innovación empieza por un tornillo.