¿Cómo funciona un extintor de incendios?
Os contamos el funcionamiento del extintor de incendios, pues hay muchos tipos específicos para cada tipo de fuego,y además explicamos cómo hacer uno casero
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Por lo general, si pensamos en un extintor de incendios lo primero que nos viene a la cabeza son esas típicas bombonas rojas, instaladas en muchos lugares públicos, preparadas por si fuese necesario su uso para sofocar un fuego.
Esto nos lleva a pensar que sólo existe un tipo de estos dispositivos, pero lo cierto es que no es así; pues, al no ser todos los incendios iguales, no todos se pueden sofocar del mismo modo.
Hoy, por lo tanto, vamos a ver cuáles son estos tipos de fuego y qué clase de extintor es necesaria para apagar cada uno, para que si un día os veis en la situación, sepáis bien cómo tenéis que actuar.
¿Cómo se produce el fuego?
Para saber cómo actuar de cara un problema, el primer paso es saber cómo se origina; por lo que, para empezar este artículo, vamos a ver cómo se produce un incendio.
El fuego es el resultado de una reacción química de combustión, que tiene lugar cuando un combustible, como la gasolina o la madera (el metano en la imagen), reacciona con el oxígeno, dando como resultado dióxido de carbono, vapor de agua y un aumento de la temperatura.
Según cuál sea el material empleado como combustible, la reacción tendrá lugar a una temperatura más o menos baja, denominada temperatura de ignición, iniciándose así una reacción en cadena que se encargará de mantener en funcionamiento el fuego.
Por todo esto, se suele decir que el fuego se origina a partir de un tetraedro, cuyos componentes son el combustible, el oxígeno, el calor y la reacción en cadena, y que si se quiere intentar sofocar basta con eliminar al menos uno de los cuatro.
Seis tipos de fuego para explicar el funcionamiento del extintor de incendios
Si nos fijamos en el tetraedro que acabamos de ver, bastaría con utilizar agua fría, pues ésta se encargaría de bajar la temperatura, eliminando el calor de la ecuación.
Sin embargo, en algunos tipos de incendios se conseguiría el efecto contrario, pues podría contribuir a extender el fuego, en vez de sofocarlo.
Por ese motivo, en Australia y Europa los fuegos se clasifican en seis tipos:
- Tipo A: Se producen a partir de combustibles sólidos, como la madera o la tela, y como resultado se produce la formación de cenizas.
- Tipo B: En este caso se originan a partir de combustibles líquidos, como la gasolina o los aceites vegetales.
- Tipo C: Se originan a partir de gases inflamables, como el butano o el gas natural.
- Tipo D: Son fuegos en los que intervienen metales, como el sodio, el magnesio o el potasio, u otros muchos, cuando se reducen a virutas muy finas en la industria metalúrgica.
- Tipo E: Es el que implica aparatos eléctricos (en la normativa europea ya no se contempla)
- Tipo F: Son fuegos formados a partir de la combustión de aceites, por lo que son muy comunes en las cocinas.
¿En qué consiste el funcionamiento del extintor de incendios?
A grandes rasgos, un extintor de incendios es una bombona presurizada que contiene en su interior una sustancia sofocante del fuego, que se libera al abrirse el recipiente en el momento del incendio.
Si existen varios tipos de extintores es precisamente por el compuesto contenido en su interior, pues no todos sirven para apagar todos los tipos de incendios.
- Extintores de agua: Los extintores de agua actúan bajando la temperatura, para eliminar el calor del tetraedro, por lo que resultan de gran utilidad para incendios de tipo A, pero no para otros en los que actúa como conductora del fuego, como la clase B o la E.
- Extintores de dióxido de carbono: Actúan reemplazando el oxígeno por dióxido de carbono, por lo que son muy útiles para incendios de clase B y E. Además, también contribuye a bajar la temperatura, eliminando un total de dos de los cuatro elementos del tetraedro.
- Extintores de fosfato monoamónico: Son los más extendidos, pues pueden apagar tanto los fuegos de clase A como los de clase B; que, al fin y al cabo, son los más comunes. En este caso el agente sofocante es fosfato monoamónico, que se libera sobre el incendio en forma de polvo, produciendo una reacción que separa el oxígeno de las llamas
- Extintores de polvo seco: Son similares a los anteriores, pero poseen la particularidad de liberar la sustancia sofocante, compuesta por grafito y cloruro de sodio, a menor presión, resultando muy útiles en fuegos de tipo D, porque no se extienden las aserraduras por toda la estancia.
- Extintores alcalinos: Son los usados en incendios de tipo F, pues contienen agentes alcalinos, cuya función es unirse a los ácidos de las materias grasas, formando en su superficie una capa de jabón que impide la difusión del fuego.
¿Cómo hacer un extintor de fuego casero?
A modo de experimento casero, pero nunca para fuegos reales, podemos realizar un pequeño prototipo de extintor, de los basados en dióxido de carbono.
Para ello, utilizaremos los siguientes materiales:
- Vinagre
- Bicarbonato sódico
- Una servilleta de papel
- Una botella de plástico pequeña, con tapa
- Hilo de coser y aguja
- Una vela
El procedimiento es muy simple y consiste simplemente en rellenar la botella con cinco cucharadas de vinagre por un lado y la servilleta con cuatro cucharadas de bicarbonato por otro.
A continuación se enrolla la servilleta, como si fuese una bolsita, y se introduce en la botella atada con hilo de modo que quede colgando, pero sin tocar el vinagre.
Por último, se deja una parte del hilo hacia fuera, se pone el tapón y por fuera se pega con cinta un hilo unido a un alfiler o aguja que pueda perforar el plástico.
Cuando esté todo listo, encenderemos la vela y para sofocar el fuego agitaremos nuestro extintor casero para que el vinagre reaccione con el bicarbonato y lo perforaremos con la aguja, de modo que se libere el dióxido de carbono fruto de la reacción y pueda sofocar la pequeña llama.
Por si no os ha quedado claro, en el vídeo de arriba lo podéis ver con más claridad.
Interesante, ¿verdad?