Con la última versión de reCAPTCHA, Google por fin ha conseguido hacerlo desaparecer de los ojos de los usuarios.
Pocas cosas son más frustrantes a la hora de navegar que los odiosos CAPTCHA. Un test con el que muchas webs se intentan proteger al permitir únicamente el acceso a usuarios reales, bloqueando así el tráfico automatizado de bots y similares. Sobre el papel la idea es perfecta, un simple test que todo humano podría resolver pero que ponga las cosas difíciles a los programas que navegan de forma automatizada.
El problema es que en la práctica no todo es de color de rosa. Los llamados bots han ido mejorando con el tiempo, por lo que los test se han tenido que volver más y más difíciles. Tanto que la experiencia de usuario se acabó resintiendo, especialmente en los teléfonos móviles. De ahí que en los últimos años Google haya invertido mucho tiempo y dinero en mejorar reCAPTCHA para hacer que sea benevolente con los usuarios y severo con los robots.
¡Adiós CAPTCHA! Nadie te echará de menos
La evolución ha sido meteórica: primero los test se hicieron más entretenidos y accesibles, después se escondieron tras un botón y hoy han desaparecido por completo. Gracias a una mezcla de machine learning, análisis de riesgos y los patrones de navegación de millones de personas Google ha conseguido crear un CAPTCHA invisible que funciona en todo tipo de webs y navegadores.
A partir de ahora cuando vayamos a rellenar un formulario o acceder a una web ya no tendremos que demostrar nuestra humanidad con un pequeño test ¡Adiós CAPTCHA. El sistema es lo suficientemente inteligente como para reconocer que nuestro patrón de uso y navegación no está programado y nos deja pasar sin interferir. Siendo sólo en el caso de duda cuando muestra un rompecabezas.¡Por fin sirve de algo compartir tantos datos con Google!