¿Quién se aprovecha del derecho al olvido y para qué? Google lo revela

El “derecho al olvido” es un concepto que sólo podría haber nacido en la generación de Internet; está relacionado con el derecho a controlar y gestionar nuestros datos personales, y permite solicitar la eliminación de información personal en Internet.

Este es un derecho que nació en 2014, después de que el Tribunal Europeo fallase a favor de un ciudadano español que quería eliminar un enlace de Google que apuntaba a una web que hablaba de un impago.

¿Ha tenido éxito el derecho al olvido?

Desde entonces, los servicios de Internet se ven obligados a borrar enlaces cuando los usuarios se lo piden. Además de soportar a usuarios que confundían el derecho al olvido con una varita mágica que hacía borrar su pasado.

Tres años después, el impacto del derecho al olvido sobre Internet y sobre los usuarios no está del todo claro; por eso ayuda mucho que Google haya publicado un informe como parte de su apuesta por la transparencia de su servicio.

Las cifras publicadas son muy interesantes. En total, Google ha recibido 2,4 millones de peticiones para borrar un enlace de la búsqueda; sin embargo, eso no significa que los haya borrado todos. Para cada caso ha tenido que buscar un equilibrio entre la privacidad del usuario y el interés general.

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Es por eso que en realidad, sólo el 43% de los enlaces solicitados han sido borrados, es decir, algo más de 1 millón; el resto de las peticiones ha sido denegada. En España las cifras son incluso menores, y sólo se han retirado el 38% de los enlaces.

Además, recordemos que lo único que puede hacer Google es no mostrar el enlace en las búsquedas realizadas en la Unión Europea; la página original con la información no es eliminada y puede seguir siendo accesible y compartida. Además, los enlaces se muestran en la búsqueda si visitamos desde otras partes del mundo, aunque la UE quiere cambiar esto.

De qué tratan los enlaces borrados por el derecho al olvido

Pero, ¿quién está detrás de estas peticiones, y con qué motivo? Pues según Google, la inmensa mayoría de las peticiones, el 81%, proviene de particulares, no de empresas ni gobierno; y con diferencia, lo que quieren estas personas es ocultar parte de su información profesional (el 24%). Hacer una búsqueda en Internet de una persona antes de contratarla es algo cada vez más común, y nuestras oportunidades pueden sufrir un golpe si los resultados afloran información incorrecta.

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Nuestra vida también puede dar un mal giro si se descubren problemas de nuestro pasado. Por eso, el 8% de las peticiones tuvo que ver con crímenes, y el 7% con el pasado profesional de la persona.

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En los primeros meses del derecho al olvido, el gran miedo era que los criminales, empresas y políticos lo aprovechasen para borrar su pasado; sin embargo, sólo el 2,31% de las peticiones viene de políticos u oficiales del gobierno, y otro 2,31% proviene de entidades corporativas.

¿Ha merecido la pena el derecho al olvido? Es cierto que el riesgo de que se pierdan enlaces a información importante sigue ahí, pero por ahora Google nos habla de un uso principalmente privado.