¿Te suena eso de tener hasta 10 alarmas en el móvil para conseguir levantarte? Hay gente con muy poca disciplina para levantarse por las mañanas, obligados a poner varias alarmas, como en el ejemplo de arriba, para poder lograrlo (incluso así, hay gente que ni lo consigue). El problema es que estas personas se despiertan, lo apagan y se vuelven a dormir (o, en algunos casos, lo hacen aún dormidos). Y, de hecho, no es difícil encontrar a este tipo de personas.
Literalmente levantarse de la cama es una completa pesadilla para muchos, y por eso se han desarrollado muchos gadgets precisamente para ello.
En los smartphones tenemos varias aplicaciones que nos obligan a realizar cálculos matemáticos e incluso a realizar ciertos movimientos, como saltos, pero son tan ineficaces que basta con apagarlo o ponerlo en silencio, entre otras muchas opciones para que deje de dar la lata. Snoozle, un reloj-despertador convencional, al ser físico, no presenta estos problemas, pues no es tan sencillo de apagar como un teléfono.
Levantarse e ir a otra estancia para que deje de sonar
Lo que tendremos que hacer, concretamente, es colocarlo a Snoozle en su base. Es básicamente como un teléfono fijo inalámbrico: tiene una parte móvil y otra parte que debe estar inmóvil en alguna estancia de la casa que no sea el dormitorio. El funcionamiento, por lo tanto, es muy sencillo: colocamos la base, por ejemplo, en la cocina (o donde queramos comenzar el día); programamos una hora y colocamos la parte móvil en nuestra mesa de noche.
Por mucho que tratemos de apagarlo, no podremos; ni siquiera podremos posponer el aviso cambiando la hora. Y es que ni siquiera podemos extraerle las pilas, si lo estabas pensando. Obligatoriamente, tendremos que levantarnos de la cama y sigamos las instrucciones. De lo contrario, no dejará de sonar.
Tal y como bromean los creadores, solo hay tres formas de apagarlo: darle con un martillo (lo cual sería bastante caro); quitarle las pilas (si es que podemos, claro); o ponerlo en su base (que es lo que deberíamos hacer). En cualquier caso, nos despertaremos.
El despertador cuesta 37 dólares (29 euros, aproximadamente) y se está vendiendo por medio de una campaña de crowdfunding en Kickstarter, donde necesitan recaudar 30 000 dólares para llevar a cabo el proyecto (que es muy prometedor). No obstante, mientras está en esta campaña, tan solo cuesta 7 dólares (5 euros), lo que cuesta fabricarlo, básicamente.
¡No vale colocar la base en la mesa de noche!
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