La victoria de un coche eléctrico en Pikes Peak parece sólo el principio de la dominación de esta tecnología, al menos en algunas competiciones.
Pikes Peak sigue siendo uno de los eventos anuales más esperados por los aficionados al automovilismo; es el rally de montaña más famoso del mundo, y lleva desde 1916 atrayendo a algunos de los mejores pilotos y marcas.
Pikes Peak, la subida de montaña más famosa
La clave del éxito de Pikes Peak está en la libertad que existe en las clases superiores; gracias a eso hemos visto auténticos “monstruos”, creados específicamente para los 19,99 kilómetros del recorrido. Desde el famoso Suzuki Escudo que conocerás por Gran Turismo, al que hasta ayer era el poseedor del récord, el Peugeot 208 T16 con la leyenda Sebastien Loeb al volante.
Este año todas las miradas estaban puestas en Volkswagen, cuyo equipo oficial llegó a la cita con un auténtico prototipo, que ignoraba toda pretensión de parecerse a un coche de calle como el resto. Pero sobre todo, el Volkswagen I.D. R pilotado por Romain Dumas atrajo la atención porque es 100% eléctrico.
Hasta ahora, Pikes Peak había sido territorio exclusivo de motores de gran cilindrada y potencia absurda; pero el pasado domingo, Dumas puso fin a esa era, no sólo ganando la competición como se esperaba, sino batiendo el récord histórico que en 2013 había conseguido Loeb.
Las claves de la victoria de un coche eléctrico en Pikes Peak
Frente a los 8 minutos, 13 segundos y 878 milésimas del Peugeot de 875 caballos, el Volkswagen I.D. R bajó de los 8 minutos, con un tiempo de 7 minutos, 57 segundos y 148 milésimas. Y según apunta Dumas, podría haber sido incluso mejor, ya que hubo secciones del trazado algo húmedas por la niebla.
Las claves de esta victoria tienen que ver mucho con que el I.D. R es un coche eléctrico, de 500 kW de potencia y de apenas 1100 kg. Eso le permite una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 2,25 segundos, por lo que no se quedaría muy atrás en la salida de un Gran Premio de Formula 1; aunque la velocidad máxima es de sólo 240 km/h, eso es porque está limitada electrónicamente porque es innecesaria en el recorrido de Pikes Peak.
Esa es una de las claves: el recorrido de Pikes Peak está lleno de curvas cerradas y horquillas, ideales para demostrar la aceleración de un coche eléctrico.
Además, uno de los mayores desafíos de Pikes Peak siempre ha estado en el cambio de elevación; el recorrido empieza en la base de la montaña y termina en su pico, por lo que hay un desnivel de 1435 metros.
Las ventajas de los coches eléctricos en algunas competiciones
Los motores tradicionales siempre han perdido potencia conforme se acercaban a la cima, por la falta de oxígeno para la combustión; un problema que no tienen los coches eléctricos. Por último, el recorrido es de sólo 20 kilómetros, por lo que no hay que incluir tantas baterías y el peso se reduce.
Todo esto no quita que lo de Volkswagen no haya sido un gran logro, ojo. Llevamos ya muchos años viendo coches eléctricos en Pikes Peak, pero ninguno se ha acercado a los de combustión; de hecho, el I.D. R ha sido un minuto más rápido que el último récord de coche eléctrico.
Hay quien dice que Pikes Peak ya no es lo mismo, sobre todo desde que asfaltaron todo el recorrido (antes era un rally mixto de asfalto y tierra); pero la verdad es que sigue siendo un gran desafío, y un gran escaparate para demostrar las últimas tecnologías, como ha demostrado Volkswagen.
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