Los coches sin conductor traerán muchas ventajas. Pero, ¿será todo positivo? Un nuevo estudio ha puesto sobre la mesa nuevos datos que demuestran que los coches autónomos, en vez de solucionar el problema del tráfico congestionado, lo empeorará, algo que ya se sospechaba. A pesar de lo que comúnmente pensaban algunos, no haría que el tráfico fuese más fluido, sino al contrario: no solo duplicará el número de atascos, sino que casi lo triplicará.
Concretamente, el estudio del Departamento de Transporte (DfT) de Reino Unido ha concluido que, mientras que ahora se crean atascos en el 7% de las carreteras, en 2050 se crearán en el 20%. Debido a esto, el tiempo medio por viaje ascenderá desde los 17 minutos hasta los 20. Además, para entonces, el número de vehículos en las carreteras crecerá en un 51%.
Es cierto que para entonces la mayoría del parque móvil será eléctrico (los costes de fabricación de los eléctricos se habrán reducido bastante), por lo que las emisiones de CO2 bajarán en un 76%; las emisiones de los óxidos de nitrógeno, incluso, descenderán en un 95%. Pero en cuanto a los datos de la congestión, solo hayamos contradicciones: los coches que se conducen solos, y que por lo tanto conducen mejor (y, consecuentemente, podrán circular a mayor velocidad), afectarían al tráfico, pero de manera negativa.
Los coches autónomos afectarán a los atascos, pero se desconoce si positiva o negativamente
Los coches autónomos se espera que frenen y aceleren menos (no respetar la distancia de seguridad es el principal motivo por el que se generan los atascos fantasmas); que conducen mejor que nosotros es un hecho. Además, se espera que con los coches autónomos aumente el número de personas que usan servicios de carsharing, como Uber. En cambio, el estudio de la DfT determina que no solo es difícil pronosticar el impacto de esta tecnología, sino que también advierte que podrá ser totalmente perjudicial.
Y es que, en realidad, es muy difícil de predecir: esta tecnología incentivará la compra de cada vez más coches, pues para entonces será muy barata y no conllevará otros gastos como combustible o seguros; pero, por otro lado, también se incentiva la no propiedad, usando aplicaciones como Uber, donde pagamos por lo que usamos; de hecho, estas aplicaciones serán mucho más baratos conforme se popularicen los coches sin conductor.
La determinación entre estos dos caminos es clave, marcando la diferencia, pero es imposible de predecir. Por lo tanto, hay un alto riesgo de que los coches sin conductor acaben afectando (de forma aún más negativa) a las carreteras. «El gobierno reconoce que el gran desconocido es el impacto de los automóviles sin conductor. En el futuro, es posible que todavía deseemos viajar tanto como hoy, pero el número total de automóviles podría disminuir ya que cada uno se comparte más y hace un mayor número de viajes», explicó el Director de la función del transporte RAC.
No obstante, este estudio se basa en los datos de crecimiento que tenemos en la actualidad, así como en las infraestructuras que conocemos a día de hoy. Para entonces, probablemente todo haya cambiado: en 30 años, el planeta podría estar completamente agujereado como un queso Emmental, gracias a los túneles subterráneos que está desarrollando Elon Musk, por los que se espera que circulen tanto coches de manera aislada (que podrán conducir mucho más rápido, debido a que no existirán ni los peatones ni otros peligros), como trenes de alta velocidad.
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