¿Te suena eso de ir a ver algo a una tienda física, pero luego acabar comprándolo por Internet? Es algo que seguramente hayas hecho y que cada vez se está convirtiendo en algo más común, bien porque los precios de las tiendas online sean más baratos o por cualquier otro motivo. Afecta de forma muy negativa a los negocios más tradicionales, pero también es imposible ponerle vallas al campo (el comercio online está destinado a ganar al tradicional, por suerte o por desgracia).
Pues bien, el Gobierno de Castilla y León tiene una “solución” para incentivar el comercio tradicional frente al electrónico: cobrar por probarse la ropa en las tiendas. No es una medida definitiva, como ha explicado Del Olmo, la consejera de Economía y Hacienda de la comunidad autónoma, pero eso uno de los ejemplos que han desarrollado para combatir el crecimiento del comercio electrónico.
Aplicar ideas “revolucionarias” es la clave para combatir el comercio online, según Del Olmo
Dejando de lado el hecho de querer desincentivar el comercio electrónico, que eso ya es otro tema (¿por qué combatirlo?), ¿cómo puedes incentivar algo cobrando más por ello? ¿Y por qué dedicarlo solamente a la ropa?
Cobrar por probarse cosas, para “incentivar” su venta
Siguiendo este razonamiento, tendríamos que pagar por probar absolutamente todo, incluso los teléfonos móviles en las tiendas de smartphones, ¿lo imaginas? Igual, también se debería cobrar por entrar a una tienda.
Esta “innovadora” propuesta, que es todo un despropósito, y que por suerte no llegará a nada, pues es tan solo un «ejemplo para combatir al comercio electrónico», provocaría única y exclusivamente una cosa: que el número de compradores online siga creciendo. «Vamos a tener que trabajar mucho» (y tanto), ha explicado la consejera.
Sobre todo, porque cuando realizamos una compra online tenemos 14 días desde que hemos recibido el producto para devolverlo, gracias a las leyes de la Unión Europea. Además, los envíos cada vez son más rápidos, llegando en algunos casos, como Amazon, a tardar tan solo una hora.
Y, antes de todo esto, habrá que ver qué porcentaje de personas se prueba ropa en una tienda y luego la compra en Internet. Porque no es lo mismo la tecnología, que podemos encontrarla más barata, que la ropa. Muy probablemnete, el porcentaje de personas que haga esto con los artículos de moda (que misteriosamente, serían los únicos que comenzarían a cobrar por probarse), sea nulo o al menos muy pequeño. Con los teléfonos, en cambios, probablemente sea mucho más alto.
Imagen de portada | PixaBay
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