La percepción del “like” ha cambiado mucho. Ya se lo damos a prácticamente cualquier cosa que veamos en Internet, como una reacción pavloviana: “veo post, pulso el corazón”. Podríamos pensar que eso ha hecho que los “likes” pierdan importancia, pero todo lo contrario; estas interacciones son uno de los principales datos que tenemos para medir el éxito en Internet, y eso es importante tanto para los usuarios como para las marcas que usan Internet para promocionar sus productos.
Uno de los motivos por los que las redes sociales se han expandido tan rápidamente es porque permiten que cualquiera consiga sus cinco minutos de fama. Ver cómo el número de “likes” y RTs sube como la espuma es adictivo. Desde el primer momento en el que nuestros mensajes tenían una estadística asociada, era inevitable que la mayoría de la gente los comparase.
El significado de “me gusta” ha cambiado mucho
Pero inicialmente, esa no era la idea; al pulsar en “me gusta” en un contenido, la intención era simplemente eso, decir que nos había gustado lo que el otro usuario había escrito sin tener que publicar un comentario. Era algo más personal, y dedicado al autor del contenido original; una manera de que supiese que tenía el apoyo de sus amigos, o que había hecho algo bien. Como otras cosas en Internet, los “likes” se han vuelto comerciales; las marcas compiten por ver cuántos consiguen y animan a sus seguidores a pulsar el botón indiscriminadamente.
Para los creadores de contenido y los “influenceres”, los “likes” son su vida. Los algoritmos de servicios como Youtube se basan en estas interacciones para decidir si el contenido tiene que ser recomendado a otros usuarios; y eso supone más visitas y más ingresos por publicidad, o simplemente más influencia que demostrar a posibles patrocinadores.
Pero esto no tiene porqué ser así. La competición por los “likes” también es insana, y puede dar lugar a comportamientos extremos en busca de más interacción, así como crear contenido específicamente para conseguir “likes”. Y ya hay algunas empresas que no están contentas con cómo su producto está siendo usado.
Instagram oculta los likes en algunos países
Instagram es una de ellas. A estas alturas parece claro que la compañía propiedad de Facebook quiere poner distancia con estas prácticas que ella misma fomentó en su día. La última prueba la tenemos en un test que oculta la cantidad de “likes” y visionados de vídeos en las publicaciones; una prueba que ha sido extendida a siete países más, entre los que por ahora, no está España. De esta manera, no podemos ver a simple vista si una publicación de Instagram ha tenido éxito o no; por lo tanto, los usuarios se tendrán que fijar si realmente les gusta el contenido en vez de dejarse llevar por la locura de los números grandes.
O al menos, esa es la teoría. Está por ver si eliminar una referencia como esa realmente mejorará la experiencia; además, no es como si fuese la única: el número de comentarios también es un buen indicador de si un post tiene éxito. ¿Veremos a los influencers pedir comentarios a sus aficionados a partir de ahora? No nos extrañaría. La necesidad de crear y mantener una marca pública sigue ahí para muchos.