La revolución que Netflix ha supuesto en el entretenimiento aún se deja notar. El servicio de suscripción se ha convertido en un gran competidor de la televisión tradicional, el sucesor de los videoclubs; con un pago mensual, podemos acceder a miles de series y películas para verlas cuando queramos.

Con su éxito, era inevitable que apareciese la competencia. Como también lo es que otros intentasen aplicar ese modelo a otros sectores; un modelo de suscripción, por el que sólo tenemos que pagar una vez para disfrutar de todo el contenido disponible.

MoviePass en España, el servicio de suscripción de cine

De todos estos, MoviePass es uno de los más interesantes, pero también uno de los más polémicos. Este servicio, que por ahora es exclusivo de EEUU, permite a los usuarios ver películas en el cine pagando una tarifa plana; de esta forma, no tenemos que comprar una entrada cada vez que queramos ver una nueva cinta. Sólo ir al cine, identificarnos con la app y entrar en la sala.

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Es una idea con mucho potencial, sobre todo para los más cinéfilos; para aquellas personas que van todas las semanas al cine para disfrutar de los últimos estrenos. Mientras Netflix consiste en disfrutar del cine en el salón de nuestra casa, MoviePass nos permite recuperar la tradición de las palomitas y las salas de cine.

Ahora los cinéfilos españoles tendrán la oportunidad de probar este servicio, como ha confirmado Mitch Lowe, CEO de MoviePass en una entrevista a Cinco Días.

2019 puede recibir a la revolución de las salas de cine

No hay fecha concreta, pero Lowe apunta a que MoviePass llegará a España a lo largo de 2019; faltan aún muchos detalles, como el precio o los acuerdos con las salas de cine y las distribuidoras. Pero la compañía es optimista sobre el mercado español, además del brasileño y el colombiano, de los que también tiene planes. La clave del éxito de MoviePass es una industria fragmentada, donde el mercado está dividido y MoviePass tiene margen para negociar; en países con pocas cadenas de cine, estas negociaciones no son tan favorecedoras.

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La gran duda es cuánto costará la suscripción de MoviePass. El precio de las entradas de cine sólo ha subido en los últimos años; incluso cuando el gobierno bajó el IVA del cine del 21% al 10%, eso sólo sirvió para que las salas de cine subiesen sus beneficios para mantener los mismos precios. Sólo después de la amenaza del ministerio de Cultura esta bajada empezó a repercutir en el precio final.

Cabe preguntarse cuánto podrá ofrecer MoviePass en este mercado.

La gran duda de MoviePass

En EEUU, MoviePass tiene una tarifa de 9,95 dólares, que permite ver una película al día; existen ciertas limitaciones, como que sólo puede ser una película nueva cada día, y que sólo es posible elegir entre ciertas películas dependiendo del cine.

Sin embargo, esa es sólo la última tarifa que ha presentado; en realidad, MoviePass lleva unos meses muy difíciles, en los que su supervivencia ha llegado a estar en duda. La falta de capital ha sido más que evidente, y no ha sido hasta la semana pasada que la compañía consiguió financiación para seguir adelante.

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MoviePass también ha recibido duras críticas en EEUU por sus prácticas agresivas contra los usuarios. La presentación hace unos meses de un nuevo plan que costaba lo mismo, pero limitaba a tres películas al mes, provocó la huida de millones de miembros.

Para cortar la hemorragia de usuarios la compañía presentó el nuevo plan ilimitado, con el límite de una película nueva al día; y decidió recuperar a los usuarios perdidos por la fuerza, apuntándoles obligatoriamente al nuevo plan. Sólo envió un correo de aviso; en el que advertía que tenían que borrarse del nuevo plan si no querían que les cobrasen. Unas tácticas que no serían bien recibidas por las autoridades europeas.

MoviePass tiene el potencial de ser la misma revolución para las salas de cine que Netflix fue para el salón de casa en su momento. Pero para conseguirlo, tendrá que estabilizarse y presentar un producto que nos haga recuperar la ilusión de ir al cine; pero tampoco demasiado ambicioso como para enfrentarse a las distribuidoras, salas de cine, o incluso a los usuarios.

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