Si hablamos de un coche eléctrico, no podemos dejar pasar uno de sus mayores “inconvenientes” y a la vez una de sus mejores ventajas: la carga de este. Nos ahorramos el consumo de gasolina en pos de una carga de electricidad. El problema es que las infraestructuras para poder disfrutar de un eléctrico que no dependa del gasoil aún están verdes, y tiene inconvenientes como los tiempos de carga o el coste eléctrico de cargar el vehículo.
Pero ahora está surgiendo un nuevo método que podría instaurarse en el caso de que cambiaran unas cuantas cosas que ahora comentaremos. ¿En qué consiste? En cambiar la batería del coche en cuestión. Puede parecer muy raro, pero ya se está probando y podría plantarle cara a la carga tradicional.
NIO propone cambiar la batería de los coches eléctricos como alternativa a la carga
Esta empresa fabricante de coches eléctricos propone directamente cambiar la batería de estos. Según NIO el proceso es más conveniente que una carga rápida ya que es más rápido y más eficiente. Un robot se encarga del cambio, sustituyendo la batería agotada por una completamente nueva. Esto, aunque pueda parecer muy innovador, tiene ahora mismo una serie de problemas en su haber.
NIO ya tiene una serie de estaciones de intercambio de baterías en China, especialmente en algunas de las ciudades más importantes. El problema es que el competidor directo de NIO es Tesla, empresa que tiene el control sobre este mercado y además sus inversores minoritarios no se fían del todo. Además, su salida a bolsa tampoco fue espectacular; de su objetivo de 6.25 a 8.25 dólares por acción, han conseguido el mínimo.
Este proceso tiene sus ventajas frente a la carga rápida tradicional. La primera es una cuestión de tiempo, ya que aunque los cargadores rápidos actuales como los de Tesla son capaces de cargar un 80 por ciento en media hora, necesitan refrigeración para que el coche no se sobrecaliente. El proceso del intercambio es más rápido y no necesita de esta refrigeración para ello. Esto es debido a que esta carga es de 135 kilovatios, que es veintisiete mil veces más que un cargador de iPhone normal.
Sacar esa cantidad de energía de la red eléctrica también es todo un reto para las distribuidoras eléctricas; estas líneas de distribución y los transformadores deben manejar enormes picos de consumo eléctrico desde el enchufe. Además, esto conlleva reemplazos y actualizaciones de estos sistemas, y es el usuario el que paga por estas actualizaciones en forma de “cargos por demanda”. Los cargos por demanda pueden ser muy peligrosos; los picos significativos en el consumo pueden significar tarifas más altas que el costo de la electricidad provista.
Las baterías vacías que se reemplacen gracias a este método se pueden recargar si la electricidad baja de coste. Los usuarios que posean estas baterías pueden vender esta misma energía a otros usuarios o venderla incluso a la red eléctrica. Esto puede beneficiar en gran medida al sector de las energías renovables para suplir de energía a ciertos lugares si la recolección de energía de estos ha sido pobre.
NIO no es la única que está metida en el tema de las baterías intercambiables. La misma Tesla está investigando acerca de este método de forma silenciosa, desarrollando los ecosistemas necesarios para su producción.
Las baterías EV actuales pierden potencia con los años. El sistema de intercambio de baterías provocaría que el usuario al final pagase por la electricidad y por las baterías en función de su uso. Eso sería menos costoso a largo plazo y sobre todo, podría suponer que se redujeran los costes de compra del vehículo. Por razonar, podemos incluso deducir que la autonomía de estos vehículos mejorará a medida que también mejoren estas baterías intercambiables.
Queda por ver aún así si esta tecnología se acabará implementando. La compañía Better Place, caída en 2012, ya lo intentó con este mismo método y no le salió demasiado bien. Esto ha provocado que esta innovación se considere por parte de los inversores un callejón sin salida. Pero que empresas dominantes como Tesla estén metidas en el ajo implica que podríamos ver a esta curiosa idea hacerse realidad en los próximos años.
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