El futuro pasa por la energía eléctrica. Eso es algo que hemos visto desde principios del siglo pasado y que cada vez tenemos más presente. En los últimos tiempos hemos visto cómo ha afectado sobre todo al transporte. Ver un coche eléctrico no es ya algo extraño.

Pero no sólo los coches han pasado de combustibles fósiles a otro potencialmente más ecológico. Las motos e incluso los camiones han dejado de ser consumidores obligatorios de derivados del petróleo. El siguiente paso está claro: los aviones.

Un reto más complejo de lo que parece

Al contrario que los vehículos terrestres, un avión tiene unas necesidades que hace que el usar electricidad como combustible sea mas complejo de lo que parece. El motivo es sencillo: el despegue.

Para levantar del suelo una masa de metal tan gigantesca se necesita una potencia muy elevada, en un período corto de tiempo. Y esa es la clave. Hasta ahora las baterías eléctricas no permitían acelerar la descarga de energía tanto como para ser viables en un avión.

El MIT se pone manos a la obra

Yet-Ming Chian, profesor de ciencias de materiales en el MIT, lleva muchos años investigando el comportamiento de las baterías para mejorar su efectividad. Pero al contrario que otros de sus compañeros no intenta usar otros productos, sino que intenta cambiar la forma en la que se mueven los iones de litio en las baterías actuales.

Yet-Ming-Chiang

Mediante campos magnéticos pretende cambiar la velocidad a la que se mueven esos iones, permitiendo que la descarga de la batería sea mucho más rápida en los momentos en los que sea necesario.

Esto posibilitaría que una batería pudiera desarrollar la energía necesaria para crear el empuje necesario para levantar un avión del sueño, y luego modular ese gasto para mantenerlo en el aire.

Actualmente están desarrollando una batería que permitiría realizar un vuelo de 400 millas, transportando a 12 personas. No obstante, son realistas, y saben que en una primera instancia habrá aviones híbridos, con motores eléctricos y de combustibles fósiles, como los hay también en los vehículos terrestres.

Un cambio en el cambio climático

Esta investigación se está llevando a cabo con la colaboración de otros profesores e ingenieros y el apoyo de varias empresas, entre ellas la del propio Chian y algunas aerolíneas.

De alcanzar la meta que buscan significaría que una de las mayores causas de contaminación, los aviones, podría ser a medio plazo eliminada.

Incluso abriría la puerta a que otras empresas plantearan la posibilidad de crear pequeñas flotas de aviones personales para el transporte urbano o interurbano. Uber, Airbus y otras firmas ya han empezado a hacer experimentos en este sentido.

Imagen de portada de Sebastián León Prado

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