Nuestro teléfono sabe mucho de nosotros; tal vez demasiado, sobre todo si hemos cometido un crimen y la policía lo va a inspeccionar. Los móviles actuales recopilan mucha información por defecto; y a eso hay que sumar todas las comunicaciones que hacemos a través de ellos.
Desde los mensajes de apps de mensajería instantánea, hasta fotografías o vídeos potencialmente incriminatorios. Si estás vulnerando la ley, tu móvil puede ser el chivato que te lleve a la cárcel; y eso es algo de lo que es consciente cada vez más gente.
Es el caso de una mujer Schenectady, Nueva York, sospechosa de ser la conductora de un coche implicado en un titoteo; aunque afortunadamente no hubo víctimas, la policía ha buscado a los responsables. Y por el momento, sólo ha conseguido detener a la supuesta conductora.
Criminales empiezan a borrar pruebas del móvil a distancia
Sin embargo, la esperanza de la policía era encontrar al resto de implicados a través de esta sospechosa. Su móvil, un iPhone, iba a ser vital en la investigación, y por eso lo requisaron después del interrogatorio; con la esperanza de sacar toda la información posible. Pero la sospechosa sabía lo que iban a hacer después del interrogatorio, y no iba a dejar que pasase.
Poco después de que la policía se llevase su móvil, la sospechosa activó el borrado remoto en su iPhone; eliminando de esta manera cualquier posible prueba que se alojase en la memoria del móvil.
El borrado remoto es una opción disponible oficialmente en Find my iPhone (Buscar mi iPhone); nos permite conectarnos con nuestra cuenta de iCloud desde cualquier ordenador o móvil y borrar el contenido del dispositivo.
Esta función está pensada principalmente en caso de que nos roben el móvil; de esa manera podemos evitar que el ladrón acceda a información sensible o privilegiada. Además, al solicitar el borrado del dispositivo este se bloqueará automáticamente; y será necesario introducir los datos de inicio de sesión para desbloquearlo.
Al activar esta función, la sospechosa no sólo evitó que la policía obtuviese posibles pruebas; sino que también bloqueó el dispositivo para que no pudiesen acceder.
Independientemente de que la sospechosa fuese culpable del delito original, este acto supone un delito de obstrucción a la justicia. Y por eso ha recibido tres cargos adicionales, uno de obstrucción y otros dos de manipulación de pruebas. Puede que parezca que la sospechosa se ha hecho la vida más difícil; pero todo depende de si lo que había en el móvil era incriminatorio, o si no se puede demostrar que fue ella la que activó el borrado remoto.
Los altavoces inteligentes también pueden ser chivatos
Los móviles no son los únicos testigos potenciales de nuestros crímenes. Ahora que los asistentes virtuales se están poniendo de moda, cada vez hay más gente con un altavoz inteligente en casa. Uno que es capaz de capturar todo lo que decimos, y que puede grabar frases incriminatorias.
El año pasado, un Google Home de hecho evitó un crimen, al detectar que algo iba mal y llamar a la policía.
El caso que se ha dado en New Hampshire es algo diferente. Allí un juez ha ordenado a Amazon que entregue las grabaciones de uno de sus altavoces inteligentes Echo; se sospecha que el dispositivo podría haber grabado información relacionada con un doble asesinato.
Inicialmente Amazon se negó a entregar esa información a la policía; pero ahora estará obligada por una orden judicial. Es comprensible, ya que presenta una cuestión importante sobre cómo estos dispositivos podrían vulnerar nuestra privacidad; y sobre las grabaciones personales en posesión de Amazon y qué hace con ellas. No está claro aún si estas grabaciones realmente servirán de algo, pero ya hay quien apunta a que podría ser un “testigo” vital.