La nueva Ley de Copyright y su Artículo 13 no es la única ley polémica en la que la Unión Europea está trabajando; una nueva directiva, esta vez dirigida a controlar los dispositivos de radio, puede prohibir completamente la posibilidad de personalizar nuestros dispositivos como queramos.
La “Radio Equipment Directive” presentada por la Comisión Europea parece una regulación bastante inocente. Su objetivo es el mismo que el de otras leyes que buscan la realización del mercado único; como la que obliga a las webs europeas a ofrecer el mismo servicio en toda la UE. En este caso, la directiva se centra en los dispositivos de radio, es decir, todos aquellos que sean capaces de emitir o recibir comunicaciones inalámbricas.
El problema es que no todos los dispositivos que se venden en territorio europeo siguen los mismos estándares o las mismas directrices. La nueva ley implementará una serie de requisitos que todos los fabricantes tendrán que seguir; impone restricciones relacionadas con la seguridad y la salud, la compatibilidad con otros dispositivos, o el uso eficiente del espectro de radio. Es por lo tanto, una directiva necesaria para asegurarse de que todos nuestros dispositivos funcionan correctamente y pueden comunicarse entre sí.
En qué consiste la prohibición de instalar programas en móviles
Hasta ahí todo bien. La parte realmente polémica está en el Artículo 3(3)(i) de la directiva, que impondrá una limitación para instalar software en los dispositivos de radio; es una medida que, como denuncian activistas como Max Mehl de la FSFE (Free Software Foundation Europe) puede acabar de golpe con el software “no oficial” para cualquiera de nuestros dispositivos.
En concreto, el nuevo texto obliga a los fabricantes a implementar una “barrera” o algún tipo de limitación que impida la instalación de software no certificado. Por lo tanto, todos los programas que queramos instalar tendrán que ser aprobados y firmados digitalmente por el fabricante; no podremos instalar software creado por aficionados, o que hayamos programado nosotros mismos. El fabricante tendrá el poder de decidir qué software puede ejecutarse en sus dispositivos, y podrá implementar las medidas que considere necesarias para evitarlo.
Todos los dispositivos de radio se verían afectados, y eso incluye los smartphones, routers, y cualquier otro dispositivo que se pueda conectar a una red WiFi o una red 4G, por ejemplo. Los métodos usados por la afición para instalar versiones de Android en sus móviles serían perseguidos y bloqueados; tampoco podríamos cambiar el sistema a nuestro router para hacer que vaya más rápido o usarlo con una operadora diferente. Todas esas modificaciones se hacen instalando software no certificado por los fabricantes.
Un reglamento que puede limitar seriamente cómo usamos nuestros dispositivos
Hasta cierto punto, es fácil ver el motivo detrás de esta ley. Para empezar, la directiva busca que todos los dispositivos operen de manera segura y clara; algo que no se puede garantizar si los usuarios pueden instalar software que cambie la manera en la que operan los dispositivos. Además, el software certificado suele ser más seguro, al tener que pasar por la aprobación del fabricante; aunque por supuesto, no es garantía de que no tenga malware.
Pero al imponer esta limitación, nos da la sensación de que la Comisión Europea está matando moscas con cañonazos. Hasta ahora, si cambiabas el software de un dispositivo y este funcionaba mal, la responsabilidad era tuya. Eras tú quien había tomado la decisión de probar algo no soportado oficialmente. Con la nueva directiva, los fabricantes tienen que evitar que los usuarios puedan tomar esa decisión. Y al hacerlo, pueden acabar con la libertad de usar los dispositivos que hemos usado como queramos; es un reglamento especialmente chocante ahora que el derecho a reparar está cobrando fuerza.
Por el momento, la directiva aún tiene que pasar por varias etapas antes de ser aprobada. El periodo de consulta pública ha terminado hoy, el 4 de marzo de 2019; es un texto que ha pasado algo desapercibido en Internet, sobre todo por la lucha contra el Artículo 13. Pero esto es sólo el principio. Ahora la Comisión Europea tendrá que realizar un proyecto basado en esta propuesta. Se espera que el nuevo reglamento sea adoptado en el primer trimestre del 2020.