Se ha hablado mucho de las posibilidades de los coches conectados, de cómo podrán comunicarse entre sí para avisarse de accidentes, atascos, la meteorología, o incluso para mejorar la seguridad en zonas de baja visibilidad como cruces. Todo eso está muy bien, pero ¿cómo lo harán? Ese es el quid de la cuestión que aún no se ha resuelto, especialmente en la Unión Europea.
Tal y como explicamos en su día, el plan de la Comisión Europea era imponer la obligación de usar C-ITS, una tecnología basada en WiFi para la comunicación entre coches conectados. Una decisión que tomó sin el consenso de toda la industria ni de los países, algo que ha quedado en evidencia en la votación de hoy. Los países miembro de la UE han votado en contra de la propuesta de la Comisión, por lo que la regulación se para en seco y la posibilidad de apoyar una alternativa cobra fuerza.
La tecnología de los coches conectados
Originalmente, la idea de usar WiFi para las conexiones de los coches tenía un gran apoyo de varios fabricantes europeos, como la alemana Volkswagen (la gran valedora del nuevo estándar) y la francesa Renault; además, también recibió apoyo de empresas como la japonesa Toyota. Con este estándar, los coches se conectarían directamente entre ellos, lo que permitiría evitar retrasos en la conexión; además, estaría basado en tecnología ya existente, lo que reduciría los costes notablemente.
Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo. Muchos en la industria creen que el nuevo estándar debería ser moderno, y no basado en una tecnología tan antigua; afirman que más que ayudar, esto puede perjudicar la innovación. Así se presentó una alternativa basada en el 5G que ya está llegando a algunos países europeos; el alemán BMW y el fabricante de chips 5G Qualcomm son los valedores de este estándar, que ha recibido apoyos del grupo PSA (Peugeot y Citröen), Daimler (Mercedes-Benz) y muchas empresas tecnológicas como Ericsson, Huawei y Samsung.
Los países europeos apuestan por 5G
Con la conexión 5G, los coches se conectarían como hace un móvil actual, por lo que la conexión no sería directa. Además, dependería de una infraestructura que hoy por hoy no existe; pero hay quien ve esto precisamente como una motivación más para aumentar la inversión.
El gobierno español y el finlandés apelaron para que se tuviese en cuenta esta alternativa, y parecen haber tenido éxito. En la votación de hoy, 21 países votaron en contra de la propuesta de la Comisión; llama la atención el voto en contra de Alemania, Francia e Italia, países con grandes industrias automovilísticas, que se han visto divididos por las diferentes propuestas de sus grandes fabricantes. Por el momento, la propuesta de usar WiFi no puede continuar, y está por ver si la Comisión la modificará para incluir al 5G.
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