Los servicios en la nube tienen un gran obstáculo: las leyes de privacidad europeas. Desde el RGPD europeo, que establece límites a los datos que los servicios pueden recopilar de los usuarios, con quién se pueden compartir y dónde se pueden guardar, a leyes locales incluso más duras. La mayoría de los servicios online se ha tenido que adaptar de una manera o de otra, pero aún queda mucho trabajo por hacer, como revela una reciente decisión del comisionado de Protección de Datos del estado de Hesse, en Alemania.
Según los representantes del estado, usar Office 365 en las aulas es ilegal por los problemas de privacidad que puede conllevar; unos problemas que se acentúan si tenemos en cuenta que la mayoría de los usuarios son estudiantes menores de edad. Esta decisión ha sido tomada basándose en el funcionamiento del servicio de Microsoft, pero este no es el único afectado; el comisionado afirma que también se aplica a los servicios en la nube de Google y Apple. Todos estos servicios tienen en común una cosa: cuando los usamos, nuestra información acaba en servidores alojados en los EEUU.
Office 365 en el colegio, por qué puede ser un problema
Normalmente esto no es un problema, porque para aprobar que nuestros datos estén en servidores fuera de la Unión Europea sólo hace falta aceptar el texto de la política de privacidad que aparece cuando nos creamos una cuenta. Sin embargo, el RGPD (reglamento de protección de datos europeo) establece los 16 años como la edad mínima para dar permiso para gestionar nuestros datos en Internet; por lo tanto, recopilar información de los estudiantes que usan Office 365, Apple Cloud o Google Docs en el colegio o el instituto es ilegal, incluso aunque hayan dado su consentimiento.
Cuando decimos “información de los estudiantes”, en realidad estamos hablando de cualquier dato relacionado con el uso que le están dando a los programas. Por ejemplo, puede ser simple “telemetría”, información de cómo el usuario ha usado el programa (qué botones ha pulsado, cuánto tiempo ha pasado en un menú); pero también puede incluir datos más personales, como el contenido del documento que hemos creado. Con un programa instalado en el ordenador, esa información permanece en el sistema, pero en la versión en la “nube”, Office tiene que enviar esos datos a los servidores para guardarlos y que podamos acceder a ellos desde cualquier sitio con nuestra cuenta.
Este no es el primer encontronazo de Microsoft con las autoridades alemanas; y de hecho, había montado un centro de datos en Alemania para solventar algunos de estos problemas. Pero según la investigación, ese centro se cerró en 2018, y desde entonces todos los datos van a parar a EEUU.