SpaceX ha vuelto a hacer historia, y la verdad es que impresiona que ya estemos acostumbrados a escribir esas palabras. La compañía aeroespacial de Elon Musk tiene a Marte como objetivo, y todo lo que hace (desde cohetes reutilizables al marketing) sirve para cumplirlo.
La Starship será la nave que llevará seres humanos a Marte, un gigantesco proyecto que ha empezado su vida como algo mucho más pequeño. Se llama Starhopper, y es un prototipo diseñado para probar el despegue y el aterrizaje de la nave. Y hoy, por fin, ha podido hacer justamente eso.
Se trataba de una prueba muy esperada, especialmente después del espectacular fallo que terminó con la nave completamente envuelta en llamas. Aunque Elon Musk aseguró que no era para tanto, este no fue el primer tropiezo del proyecto; la cofia de la nave acabó por los suelos después de sufrir el impacto de un vendaval.
El prototipo de la nave que nos llevará a Marte pega un "saltito"
Pero todo eso quedó atrás durante los 20 segundos que la Starhopper se mantuvo en el aire. No hacía falta más, ya que el objetivo de la prueba no era lanzar el cohete, sino probar los sistemas de despegue y aterrizaje del prototipo. El objetivo de la prueba era llegar a los 20 metros de altura, aunque aún no se ha confirmado si realmente se ha conseguido; en los vídeos es difícil ver el "salto" por la humareda.
El éxito de esta prueba es sólo el principio. Y al fin y al cabo, estamos hablando de un mero prototipo, mucho más pequeño de lo que será la nave final. El Starhopper tiene una altura de menos de 20 metros, mientras que la Starship medirá aproximadamente 120 metros y será capaz de llevar a 100 personas y casi 100 toneladas de material hasta Marte.
Esta nave podrá despegar y aterrizar en varias ocasiones, sin necesidad de reparaciones y con un bajo mantenimiento; eso reducirá los costes unas 100 veces respecto a lo que puede costar una misión semejante. Pero para llegar a eso, aún falta muchas pruebas más, y muchos "saltitos" más.