A día de hoy los coches de combustión interna tienen el dominio total del mercado automovilístico. No hace falta recurrir a cifras, simplemente plantéate lo siguiente, ¿cuántos conocidos tuyos tienen un coche eléctrico?
El principal problema de los vehículos que emplean combustibles fósiles es la contaminación que generan. Miles de millones de toneladas de CO2 que afectan negativamente a nuestro planeta y, por ende, a la especie humana. Si queremos seguir viviendo en la Tierra tendríamos que buscar una alternativa.
Ahí es donde entran los eléctricos, automóviles que no contaminan y que parecen destinados a reinar el futuro de las calles. Por desgracia, aún hay muy pocos circulando, ¿por qué no terminan de expanderse?
¿Qué piensa la gente de los eléctricos?
JD Power ha presentado los resultados de un nuevo estudio que aborda la opinión de los conductores sobre los vehículos eléctricos y autónomos. Sorprende la falta de confianza en dicha tecnología, muchos no terminan de estar convencidos de su futuro.
Nosotros vamos a centrarnos más en lo que piensan de los eléctricos, sobre los que han encuestado a 5.270 personas. Respecto a la confianza, 55 de cada 100 confían en el futuro de los vehículos eléctricos con batería. La probabilidad de comprar un eléctrico es mucho más baja, solo 39 de cada 100 lo harían.
Fijándonos en otras cifras, 49 de cada 100 creen que los eléctricos son fiables en comparación con los de gas. El problema también está en el presupuesto, ya que solo 55 de cada 100 piensan que podrían permitirse un eléctrico en comparación con un gasolina, diésel o híbrido.
Eso sí, en el estudio se asegura que la mayoría de los consumidores, independientemente de su edad, entienden que los vehículos eléctricos tienen efectos ambientales positivos, a diferencia de los de combustión interna.
Pese a sus beneficios, tanto los consumidores como los expertos de la industria coinciden en que queda más de una década para que las ventas de los eléctricos igualen a los de gasolina. Algunos expertos predicen que se necesitarán todavía 5 años para que la cuota de mercado de los eléctricos alcance el 10%.
Los problemas de los eléctricos
El coste y la confianza de los consumidores siguen siendo los principales escollos para que los eléctricos se expandan en masa. Lo mismo ocurre con las infraestructuras y las baterías. Como hemos dicho más de una vez en Omicrono, las ciudades aún no están preparadas, necesitamos más redes de carga y que las compañías desarrollen baterías con más autonomía.
El 64% de los encuestados muestra preocupación por la disponibilidad de estaciones de carga, mientras que el 59% piensa lo mismo de la autonomía de las baterías. También resulta significativo que el 77% espere que los eléctricos tengan una autonomía de 300 millas (aproximadamente 480 kilómetros) o más.
Este dato parece indicar que con las mejoras en baterías muchos más podrían comprarse un eléctrico. Además, el 74% declaran estar dispuestos a esperar 30 minutos o menos para cargar un vehículo para viajar unas 200 millas (aproximadamente 320 kilómetros).
También resulta curiosa la relevancia de probar un eléctrico para decidir comprárselo. El 68% de los encuestados aseguran no haber subido nunca a un vehículo eléctrico, de esos solo el 40% consideraría comprar uno. En cambio, el 75% de los que lo han probado afirman que podrían llegar a comprarse uno.
Después, el 78% relata que las subvenciones o las rebajas fiscales pueden suponer un factor clave a la hora de optar por la compra de un eléctrico. Una política que ya ha dado sus frutos en países nórdicos en los que cada vez circulan más automóviles de este tipo. Un ejemplo es Noruega, donde un tercio de los coches nuevos son eléctricos.
Las cifras del estudio reflejan que gran parte de los encuestados son conscientes de la necesidad de pasarse a los eléctricos por el bien del planeta, no obstante, aún lo ven como algo lejano. La inmensa mayoría señala a la autonomía de las baterías y a las estaciones de carga como puntos a mejorar para acabar comprándose un eléctrico.
Los datos son claros, pese a estar sometidos a mucha información sobre los eléctricos, los conductores parecen escépticos y necesitan probar un eléctrico antes de pensar en comprarse uno. Las marcas deberían tener muy en cuenta ese aspecto: más pruebas significaría más ventas. ¡Haced caso al cliente! Bastaría con incluir más eléctricos en los concesionarios y que los conductores pudieran darse una vuelta con ellos para que, quizás, cambiasen de opinión.
Como es lógico, los gobiernos también tendrían que tener un papel más activo, subvenciones y ayudas fiscales siempre favorecen la compra, sobre todo en un momento en el que los eléctricos todavía son demasiado caros. ¿Llegarán a masificarse o quedarán en el olvido? Por el bien de la especie esperemos que se cumpla lo primero.