El inventor Franky Zapata por fin ha conseguido cruzar el Canal de la Mancha volando en un artilugio que sólo podemos definir como "tabla voladora". El viaje es el último golpe de marketing de un proyecto que ya busca clientes comerciales, entre los que podrían estar los militares.
La Flyboard Air no solo parece un invento algo loco, también lo es. Se trata de una base con una serie de turbinas capaces de mantener a una persona en el aire; para ello usan nada menos que cinco motores, que aportan unos 1.000 caballos de potencia. El efecto de estas turbinas es tan demoledor que el aterrizaje y el despegue se realizan sobre una plataforma de metal, para evitar fundir el asfalto o provocar un incendio si aterriza en el campo.
Zapata lleva desde el 2016 demostrando las capacidades de esta tabla voladora, pero son las últimas evoluciones las que están dando que hablar, gracias a los "shows" que su creador se ha montado. Por ejemplo, consiguió ser invitado al desfile de las fuerzas armadas de Francia, y pese a ser un civil, voló por los cielos parisinos con una ametralladora en la mano.
La tabla voladora que ha conseguido cruzar el Canal de la Mancha
El siguiente golpe de efecto iba a ser cruzar el Canal de la Mancha volando, tal y como hizo Louis Blériot con una avioneta hace ya más de un siglo. No sabemos si la Flyboard Air cambiará tanto el mundo en las próximas décadas como lo hicieron los aviones a principios del XX, pero al menos esa es la intención de Zapata.
Pese a ser un trayecto de sólo 45 kilómetros, no fue nada fácil. Especialmente porque este dispositivo no tiene suficiente combustible para semejante distancia, así que Zapata tuvo que hacer una parada en mitad del canal para repostar. Esa fue su perdición hace una semana, en el primer intento. Zapata cayó al agua mientras realizaba la maniobra de repostaje pero sólo su orgullo quedaba dañado. Pocos días después, lo volvió a intentar, y esta vez sí ha entrado en los libros de historia.
El viaje, que inició en Francia, ha durado apenas 20 minutos, ya que Zapata consiguió alcanzar velocidades punta de 177 km/h; pese a eso, afirma que durante los últimos seis kilómetros simplemente se dedicó a disfrutarlo.
Un dispositivo como este puede ser especialmente útil en algunas situaciones, pero si el gobierno francés ha invertido en este proyecto no es precisamente para dar vueltas cruzando el canal; puede ser un aparato vital para operaciones militares, que ofrezcan la posibilidad de atacar desde puntos ventajosos instantáneamente.