Donald Trump lo ha conseguido: ya tiene su Comando Espacial, o "SpaceCom" como ya se ha dado en llamar. Una división dedicada especialmente a la guerra en el espacio; pero en realidad, los soldados espaciales aún están muy lejos.
A mediados de 2018, el presidente estadounidense sorprendió a todo el mundo anunciando la creación de un "ejército espacial", con el objetivo de proteger los "intereses" de EEUU en el espacio. Los aficionados a la ciencia ficción sabíamos que así empezaban muchas de nuestras historias favoritas.
Hoy los militares estadounidenses han dado el primer paso hacia ese futuro, con la reformación del Space Command, Comando Espacial, una rama que se encargará de gestionar, crear estrategias y establecer los objetivos espaciales del país en los próximos años.
El Comando Espacial de Trump es real
En realidad, EEUU lleva teniendo un comando espacial desde 1985; y es que la idea de Trump de poner soldados en el espacio no es precisamente nueva. Sin embargo, hasta ahora no ha tenido demasiada importancia, sirviendo de apoyo a otras ramas del ejército estadounidense.
Pese a la pomposidad del anuncio, en realidad poco ha cambiado. El Comando Espacial se ha reformado, lo que se traduce en movimiento de sillas y de recursos pero poco más. De hecho, la organización seguirá estando dirigida por la misma persona, el general de cuatro estrellas John Raymond. El personal será el mismo, y se espera que el cuartel general y el cuartel de mando no cambien.
La gran diferencia es que este comando será ahora más independiente, y no tendrá que reportar a otras divisiones como hasta ahora; podrá trabajar por su cuenta dando prioridad a sus propias consideraciones. Eso significa que tendrá más libertad para centrarse en sus verdaderas tareas: formar una estrategia de futuro para la presencia militar de EEUU en el espacio, y ver qué es necesario para ejecutarla.
La formación de un ejército militar para el espacio está, por lo tanto, bien lejos. No en vano haría falta un cambio importante en los presupuestos para la formación de personal, la fabricación y compra de satélites y naves espaciales, y mucho más. Pero este es el primer paso necesario para llegar a eso, ya que sin un comando que marcase el camino, no sería posible.