Seguro que has oído hablar del Vantablack, el color conocido por ser el negro más profundo que existe. Absorbe el 99.96% de la luz recibida y hay quienes consideran que las cosas pintadas con este negro son como agujeros negros. Se inventó hace 5 años por parte de unos científicos británicos y ha dado mucho de qué hablar.
Pero la ciencia avanza imparable, y con el Vantablack ya instaurado se ha inventado un material todavía más oscuro. El grupo de ingenieros del MIT encargado del descubrimiento aseguran que este material es 10 veces más oscuro que el Vantablack, convirtiéndose en el negro más profundo jamás hecho en un material.
Tal y como adelanta SciTech Daily, el descubrimiento se ha publicado en la revista 'Applied Materials and Interfaces' (ACS) y tiene similitudes con el Vantablack. Por ejemplo, al igual que este color, está formado de pequeños nanotubos de carbono que, como si fueran filamentos diminutos, están colocados de forma vertical sobre una superficie de aluminio con cloro.
El negro más profundo que supera incluso al Vantablack
Lo más interesante de este hallazgo es su exhibición; ha sido mostrado en el New York Stock Exchange con un título más que ominoso: 'La redención de la vanidad'. La exhibición tiene un contraste mayúsculo debido a que dicho material se ha combinado con un diamante amarillo valorado en 2 millones de dólares. Por un lado tenemos dicho diamante y por el otro la negrura de este material.
Que estos materiales hayan sido creados no es algo que se haya programado. Esta investigación ha sido realizada por Kehang Cui, postdoc del MIT y actual profesor en la Universidad Jiao Tong de Shanghai y Brian Wardle, profesor de aeronáutica en el MIT.
La finalidad de dicha investigación y en general de estos 2 ingenieros era encontrar formas adicionales de hacer crecer los ya mencionados nanotubos de carbono en otros materiales, aumentando por el camino sus propiedades eléctricas y térmicas. El principal escollo residía en la presencia de una capa de óxido, y en consecuencia usaron una solución en cloruro de sodio (sal).
Fueron eliminando el vapor gracias a un proceso de deposición química de vapor permitiéndoles hacer crecer estos nanotubos de carbono a temperaturas muy bajas. Por supuesto consiguieron aumentar la conductividad de estos nanotubos, pero no fue lo único que consiguieron: el color estaba cambiando.
Según el propio Wardle: "Recuerdo lo negro que era antes de hacer crecer los nanotubos de carbono y lo profundo que era después. Tal es así que pensé en medir la reflectividad de la muestra. Nuestro grupo no se centra en las propiedades ópticas de los materiales, pero ocurrió justo cuando estábamos colaborando con Diemut en su exhibición de arte y ciencia.
Nuestro material es 10 veces más negro que cualquier cosa que antes se haya descrito, pero creo que el negro más negro es un objetivo en constante movimiento. Alguien encontrará un material más negro, y eventualmente entenderemos todos los mecanismos subyacentes, y podremos diseñar adecuadamente el negro definitivo".
Esto desembocó en que el material obtenido por accidente absorbe más del 99.995% de la luz desde cada ángulo. En definitiva no hay reflejos y es, al menos ante el ojo humano, casi imposible distinguir las partes rugosas del material.
Lo más sorprendente del hallazgo es que estos ingenieros no están completamente seguros del mecanismo que contribuye a la opacidad del material. Sospechan que puede tener algo que ver con la combinación de aluminio grabado, que está algo ennegrecido, con los nanotubos de carbono. Creen que las agrupaciones de nanotubos pueden atrapar y convertir la mayor parte de la luz entrante en calor, reflejando muy poca luz de vuelta (otorgando así ese color negro tan característico).
Este nuevo material ya está consiguiendo cierta notoriedad en la comunidad aeroespacial. El astrofísico y premio Nobel John Mather (el cuál no participó en dicha investigación), está explorando la posibilidad de utilizar el material de Wardle como base para una sombra estelar, una sombra negra masiva que protegería un telescopio espacial de la luz dispersa.
Vía | SciTech Daily.