China ya está inaugurando su telescopio FAST, el radiotelescopio de plato único más grande del mundo. Con una apertura de unos 500 metros, el telescopio abre sus puertas a los astrónomos de todo el mundo tras unos 3 años en pruebas. Su misión: buscar alienígenas.
Este radiotelescopio podría empezar una nueva era en lo que a observaciones de ondas de radio débiles se refiere. Este radiotelescopio es capaz de captar ondas de radio extremadamente débiles que emanan objetos celestes como púlsares o galaxias enteras.
Gracias al FAST será más fácil realizar búsquedas e ondas gravitacionales y explorar las misteriosas explosiones fugaces de radiación conocidas como ráfagas de radio rápidas. Su potencia así lo demuestra; será capaz de recoger ondas de radio en un área 2 veces mayor que la que podía escanear el anterior radiotelescopio de plato único más grande, el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico.
El telescopio gigantesco de China cuya misión es buscar alienígenas
Como podemos ver en las imágenes este telescopio no ha sido precisamente fácil de construir; el lugar remoto en el que se encuentra ha dificultado enormemente su creación. Solo el plato de 500 metros llevó 5 años de construcción, y será recubierto con unos 4.400 paneles de aluminio que, con 2.000 tornos mecánicos se inclinarán y moverán para enfocarse en diferentes áreas del cielo. Tal y como informa Nature, fue precisamente su localización la que dificultó que encontraran personal.
Sin embargo el esfuerzo ha tenido sus frutos. Este FAST ha demostrado ser especialmente sensible; por ejemplo, detectó más de 100 púlsares (núcleos giratorios de estrellas muertas) solo durante las pruebas. Hasta 2017, los científicos conocían únicamente 2.000 púlsares en total, según la NASA. Por lo tanto podríamos ver una aceleración significativa en el proceso de búsqueda de fenómenos cósmicos.
Otros de los logros del FAST en sus 3 años de pruebas fue detectar cientos de ráfagas rápidas de radio de una sola fuente repetida de ráfaga de radio rápida (FRB) conocida como 121102. Muchas de las cuales eran demasiado débiles para ser detectadas por otros telescopios.
Gracias a su sensibilidad el FAST podría ser incluso capaz de detectar exoplanetas distantes emitiendo ondas de radio, algo que aún no se ha hecho con éxito. Es así como podríamos encontrar vida extraterrestre.
El telescopio ha costado unos 171 millones de dólares (1.200 millones de yuanes) y ha sido levantado en la depresión de Dawodang en la provincia de Guizhou, en el suroeste de China. Se espera que impulse una colaboración internacional que trate de detectar ondas en el espacio-tiempo a medida que estas se extienden por la galaxia.
Aquí es donde entra en juego el International Pulsar Timing Array, que está usando radiotelescopios en todo el mundo para monitorear las emisiones regulares de los púlsares, buscando distorsiones que revelen el paso de estas ondas gravitacionales de baja frecuencia. Se espera que para la década del 2030, el FAST haya acumulado suficientes mediciones sensibles para estudiar las fuentes individuales de tales ondas, como las colisiones de agujeros negros supermasivos.
La clave del éxito de este telescopio será sin duda el hecho de que su uso para observación estará abierto a astrónomos de todo el mundo. Hasta ahora y desde que comenzaron las pruebas en el año 2016, solo los científicos chinos han podido liderar proyectos que estudian los datos preliminares del telescopio.
Via | Futurism / Original | Nature