Las centrales nucleares aún despiertan muchas leyendas urbanas y mitos, muchos de ellos sin base alguna; la verdad es que son mucho más seguras de lo que podríamos creer, pero eso no quita que conlleven unos desafíos únicos.
La idea de enfrentarse a esos desafíos en mitad del mar no es precisamente atractiva, pero eso es precisamente lo que han hecho en Rusia. El Akademik Lomonosov es un barco con una central nuclear a bordo, diseñada no para mover el propio barco sino para producir electricidad para núcleos de población.
El polémico proyecto ya ha sido calificado como el "Titanic nuclear" o el "Chernóbil sobre hielo" por las zonas remotas en las que funcionará inicialmente. Pese a estas críticas, y después de una década de construcción, el barco ha empezado a operar como una central nuclear cualquiera.
La central nuclear en barco
A simple vista, puede parecer una de esas ideas que terminan muy mal por una ganancia muy pequeña; más propio de una película de Hollywood que de algo decidido por personas reales. Sin embargo, las ventajas que supone tener una central nuclear que se puede transportar a diferentes zonas finalmente han movido la balanza.
Por que justo la misión del Akademik Lomonosov es llevar la producción de electricidad a zonas que no tienen la infraestructura necesaria para recibirla; y por supuesto, en zonas tan frías e inertes, tampoco pueden producirla por su cuenta.
El primer encargo de esta central nuclear en barco se produjo el pasado 14 de septiembre, cuando atracó en el puerto de Pevek, una ciudad en el extremo oriental del país donde las temperaturas bajan hasta los -31 ºC con normalidad. Aunque en su tiempo fue una de las principales fuentes de uranio y minerales, en la actualidad la mayoría de sus minas están cerradas, dejando a sus más de 5.000 habitantes a su suerte.
Generador de electricidad en zonas remotas
Pevek es por lo tanto la zona ideal para probar un sistema como el del Akademik Lomonosov; después de un viaje de 5.000 kilómetros a través del Océano Ártico, el barco atracó y se conectó a la red eléctrica local para proveer electricidad. Según oficiales, los habitantes pudieron usar esta electricidad no solo para su vida diaria, sino también para encender un árbol de Navidad.
Esta se trata de una prueba que no estresará precisamente a la central de a bordo, ya que en teoría sus dos reactores son capaces de generar suficiente electricidad para 100.000 hogares.
El barco no solo tiene todo lo necesario para producir energía eléctrica en cualquier puerto de cierto tamaño, sino que es básicamente una ciudad flotante para los 70 trabajadores, incluyendo un gimnasio, una piscina y un bar (sin vodka).
El plan es demostrar la capacidad de los sistemas en pruebas como esta, con el objetivo de aumentar la producción e incluso vender barcos semejantes a otros países con problemas semejantes.
Almacenará residuos radiactivos
No en vano el proyecto viene de Rosatom, una compañía energética propiedad del gobierno, donde ya presentan esta tecnología como un gran paso adelante para Rusia y la producción de energía mundial. El barco sólo debe recibir combustible cada tres años, y los reactores durarán durante 40 años; sin embargo, el mayor problema está en los desechos nucleares, que permanecerán a bordo del barco hasta 12 años seguidos.
Ese es sólo uno de los miedos expresados por activistas y contrarios al proyecto, además de los propios de cualquier barco; como por ejemplo, que ocurra un tsunami y el barco se hunda con todos los residuos radiactivos, o incluso produzca una explosión. Las consecuencias para el medio ambiente y para la vida humana pueden ser catastróficas; es por eso que el barco ya ha recibido el apodo de "Chernóbil sobre hielo", por las zonas en las que está funcionando inicialmente.
Sin embargo, no es menos cierto que estos reactores son mucho más pequeños y menos peligrosos que los de una central como la de Chernóbil; las medidas de seguridad implementadas también difieren mucho de las de una central normal. A cambio, este generador de electricidad produce menos emisiones de carbono y contaminación, y es más barato que usar combustibles fósiles como el gas.