Vivimos en la era más avanzada de la humanidad; tenemos tecnología puntera al alcance de la mano, podemos decir lo que queramos en voz alta y lo recibiremos, y pronto ni siquiera tendremos que conducir.
Pero pese a todos estos avances, seguimos siendo humanos, y seguimos dependiendo de los designios de la genética para evolucionar y sobrevivir. Existe un movimiento social que cree que eso no es suficiente, y que deberíamos empezar a modificarnos para conseguir lo que queremos.
Los "biohackers" son personas que siguen esta filosofía, y la aplican en sus propias carnes por diferentes métodos. Puede que sea simplemente poniéndose unas uñas postizas con microchips, o incluso inyectándose ADN; pero la mayoría opta por implantarse algún tipo de tecnología.
Abre su Tesla con la llave implantada
Es el caso de un hombre en Utah, EEUU, que decidió implantarse la llave de su Tesla en la mano. No estamos únicamente ante un fanático más de la compañía, dispuesto a llevar su marca en su propio cuerpo; y aunque pueda parecer ridículo, probablemente no está muy lejos de lo que nos depara el futuro.
El hombre, Ben Workman, decidió dar el paso antes que nadie, aunque no fue sencillo. Resulta que encontrar personas cualificadas dispuestas a meter un objeto extraño en nuestro cuerpo es algo difícil, incluso en los EEUU. Tanto médicos como veterinarios se negaron, e incluso no pudo convencer a expertos en piercings, que saben un poco de modificar nuestro cuerpo, aunque sea por razones estéticas y no prácticas.
Al final, encontró un estudio de tatuajes y piercings que aceptó la propuesta, y el riesgo profesional que conllevaba. Workman grabó la operación, que resultó ser bastante simple: una pequeña incisión, lo suficientemente grande como para meter el chip RFID de la llave bajo la piel.
Una vez cicatrizada la herida, Workman puede abrir su Tesla simplemente con pasar la mano cerca del pilar de la puerta; ahí es donde se encuentra situado el lector RFID, que normalmente sólo se usa con una tarjeta, por ejemplo, cuando queremos que nos aparquen el coche o se lo prestamos a alguien.
La ironía es que, en realidad, este proceso es más lento y más complicado que simplemente ir con la llave en el bolsillo; como la mayoría de los coches modernos, los Tesla se desbloquean en cuanto nos acercamos. Además, también es posible abrirlos usando la app oficial en nuestro móvil.
Por lo tanto, en ningún caso esta operación era necesaria, pero la verdad es que muchas de las "modificaciones" de los biohackers se pueden calificar de esa manera. Digamos que ponernos luces LED en la piel no es de lo más útil, al menos por el momento. Pero es al explorar estas posibilidades que los biohackers creen que podemos dar el siguiente paso como seres humanos; aunque ese paso suponga abrir nuestro coche.