El término “biohacker” va a ser muy usado en los próximos años, conforme las nuevas tecnologías nos permitan modificar nuestros cuerpos. Esto desbloqueará el potencial humano, haciéndonos capaces de cosas que nunca nos imaginaríamos; pero también abrirá un debate importante sobre qué es el “ser humano”, y si seguimos siéndolo después de estas modificaciones.
Los biohackers son los que no pueden esperar a que el resto de la humanidad se decida, y han tomado el paso por su cuenta; en ocasiones incluso implantándose modificaciones sin ayuda de nadie. Hay muchos motivos por los que alguien podría modificar su cuerpo; ya sea por estética, para mejorar su vida sexual, o simplemente porque puede. Pero no podemos olvidar el componente religioso que tendrán algunas de estas modificaciones.
La Biblia y el Corán “traducidas” a ADN
El primer caso se ha dado en Francia, donde Adrien Locatelli, un adolescente de 16 años, ha publicado un estudio de los efectos de inyectarse con ADN modificado; pero eso no es lo más curioso de todo, es que las cadenas de ADN eran transcripciones de libros sagrados, la Biblia y el Corán.
Por supuesto, no es la primera vez que esos textos se han transcrito a ADN. Cualquier información puede codificarse en hebras de ADN, “traduciendo” la información a los diferentes pares de bases, adenina (A), timina (T), guanina (G) y la citosina (C). El proceso de traducción fue simple: asoció cada letra del alfabeto hebreo y árabe con una base; por lo que cada base puede interpretarse como varias letras diferentes. Es una traducción algo basta, pero que fue convincente para Locatelli, que sólo necesitaba ADN con esas bases.
Ya hay compañías especializadas en crear cadenas de ADN personalizadas, como VectorBuilder y ProteoGenix, que suministraron al adolescente con las hebras de ADN traducidas que pidió; lo único que tuvo que comprar aparte fue una jeringa y una solución salina.
El experimento de inyectar ADN que no tiene mucho de científico
¿Cuáles son los efectos de inyectarte con versiones en ADN de la Biblia y el Corán? Pues no muchos. Locatelli afirma que no sufrió problemas de salud y sólo detectó una pequeña inflamación en la zona del pinchazo durante días; aunque eso podría ser por cualquier causa, como una posible infección o reacción alérgica.
Inyectarte ADN extraño y ver qué ocurre no es muy científico, pero ese no era el objetivo. Aunque esté presentado como un estudio científico, hay detalles que nos indican que más que nada, era una manera de llamar la atención. El propio Locatelli confirma que el experimento era un símbolo de paz entre religiones y ciencia.
Sin embargo, el chaval también reconoce que no sabía qué efecto iba a tener la inyección de ADN en su cuerpo; un científico de verdad primero estudia, realiza hipótesis, experimenta y teoriza hasta que llega al punto de experimentar en humanos. Hasta los científicos más famosos de la historia que se experimentaron en ellos mismos antes dieron todos esos pasos.
Como tal, este experimento realmente es un sinsentido que no sirve de mucho. Probablemente no será el último caso semejante. El ansia por aprender y dar el siguiente paso para la humanidad llevará a tomar decisiones algo arriesgadas, que no siempre acabarán con un final como este.
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