Rusia va camino de aislarse completamente del resto del mundo, al menos en lo que respecta a Internet. El país dirigido por el impertérrito Vladimir Putin ha dado los pasos necesarios en los últimos meses para ello y ahora lo ha conseguido.
Las aspiraciones rusas ya no son ningún secreto. El objetivo no es sólo impedir la influencia extranjera bloqueando el acceso a determinados sitios, como ya hace China con su "gran cortafuegos". No, el proyecto ruso es incluso más ambicioso, e implica desconectar a la mayor parte del país del Internet que usa el resto del mundo.
Este es uno de los grandes proyectos de Putin, y el tipo de maniobra para la que se necesita una influencia poco común, ya que implica no sólo control sobre el Gobierno sino también sobre las operadoras que ofrecen el acceso a Internet. Justo eso es lo que está al alcance del gobierno ruso, y lo que le va a permitir un control sin precedentes sobre las comunicaciones del país.
RuNet: Rusia crea su propio Internet
El ministerio de comunicaciones ruso ahora ha anunciado que las primeras pruebas de lo que se ha dado en llamar RuNet se han completado. Una red a nivel nacional, en la que los usuarios sólo son capaces de conectarse con sitios y nodos localizados en Rusia. Un control total del usuario.
El proyecto está así mucho más cerca de implementarse a gran escala, terminando un camino que empezó a principios de 2018, y que se solidificó con la creación de una nueva ley a medida.
Aunque no se han publicado detalles concretos, dado el secretismo de la operación, todo indica que ha sido un éxito y que los internautas rusos no notaron ninguna diferencia en su conexión.
Puede parecer extraño crear un Internet "alternativo", sólo para que nadie lo note, pero por supuesto, esa es la idea: que el ciudadano medio no note cambios en su uso diario de Internet, hasta que sea inevitable.
Desconexión total y control estatal
Para comprender mejor porqué Rusia ha implementado este internet ruso, hay que tener en cuenta el control habitual que tienen los gobiernos sobre Internet.
En el caso de la mayoría de los países, los servidores o servicios considerados ilegales o que incumplen las decisiones de organismos del gobierno (por ejemplo, la llamada Sección Segunda en España) son bloqueados de manera individual, con la colaboración de las operadoras privadas.
Hay varias maneras de ejecutar el bloqueo, y cuanto más complicadas sean, más difícil es saltárselo; algunos de los métodos usados para saltar bloqueos similares van desde cambiar las DNS, a usar una VPN.
Pero si el Estado controla directamente los nodos de acceso, llegando incluso a controlar físicamente los cables que entran y salen del país, saltarse el bloqueo es mucho más difícil, si no imposible. En eso consiste RuNet, y es un desafío técnico mayor de lo que aparenta.
En ese sentido, el sistema ruso se parece mucho más al implementado por Irán, que el pasado noviembre se desconectó completamente de Internet para luchar contra las protestas en todo el país. Sin embargo, la magnitud del sistema ruso es mucho más grande.
Contra el concepto de Internet
Rusia no solo sería capaz de evitar cualquier conexión con extranjeros, sino que su plan va más allá, creando una "Internet alternativa", en la que sólo se puedan acceder servicios de Rusia. Para ello, también está invirtiendo en crear versiones propias de los servicios más usados, como la Wikipedia; por supuesto, estos servicios sólo podrían alojar contenido con el beneplácito del gobierno.
Aunque esta no es la primera vez que un país decide desconectarse de Internet, sí que es el más grande hasta ahora; incluso más que China, ya que cuando esta implementó su famoso cortafuegos, apenas una porción de la población tenía acceso. En cambio, se calcula que 98,8 millones de rusos tienen acceso a Internet, algo más del 67% de la población.
Para Internet, la red de redes basada precisamente en conectar puntos de diferentes partes del planeta, esta desconexión sería poco menos que un desastre en potencia, tanto ideológicamente como técnológicamente hablando. Internet es una de las maravillas del mundo moderno, y su división en varias pequeñas redes, sin conexión entre sí, va en contra de todo el trabajo que varias generaciones han puesto en este proyecto mundial.
La creación de una Internet rusa no sólo sería un problema para los rusos, también para el resto de internautas; porque este bloqueo funciona en ambas direcciones. El día que Rusia decida "pulsar el botón", el país desaparecerá de la Web, junto con todas sus páginas, sus creaciones, sus artículos y sus internautas.