Si buscas unos auriculares inalámbricos baratos, seguramente te habrás cansado de ver "clones" de los AirPods, de marcas de dudosa legalidad. Lo malo de estas copias no es solo que sean poco originales; es que no se pueden comparar en aspectos como la calidad de sonido o la duración de la batería.
Si le preguntas a cualquiera, seguramente te dirá que esas dos son las características más importantes de unos auriculares; y sin embargo, el mercado de la gama baja está repleto de productos que no están a la altura, con auriculares demasiado pequeños como para alojar una batería decente, y con controladores con un rango pésimo.
Sí, puedes gastar cientos de euros en un modelo reconocido, como los AirPods, o los Sony WF-1000XM3 que tanto nos gustaron; pero si quieres algo que cueste menos de 60 €, lo tenías mucho más difícil.. o no, dice Realme.
Sorpresa China
Puede que la marca Realme (empresa hermana de Oppo) sea una de las más jóvenes del sector, pero también hay que decir que en apenas unos meses ha conseguido ser el centro de la conversación, con lanzamientos como el Realme 5, que se caracterizan por tener lo justo y nada más, ignorando modas y añadidos innecesarios.
No es difícil ver cómo esa filosofía impregna todos los productos de la marca; como por ejemplo, los Realme Buds Wireless que hemos podido probar durante unas semanas, dándoles un uso intensivo.
Antes que nada, hay que aclarar que el precio de los Realme Buds Wireless es de 39,99 €; y de hecho, durante el mes de enero hay una oferta especial que rebaja el precio hasta los 29,99 € si se compran en la página oficial.
Normalmente en nuestros análisis de productos hablamos del precio al final, porque creemos que lo importante es el dispositivo en sí. Hoy he hecho esta excepción porque hay que tener en cuenta ese reducido precio cuando hablemos de cómo estos auriculares se comportan. Y no porque sean malos precisamente.
Ligeros pero falta personalización
Los Realme Buds Wireless son unos auriculares inalámbricos con cinta; la idea es que esa cinta descanse sobre el cuello, y en ese sentido se parecen a otros modelos como los OnePlus Bullets Wireless. Gracias a este diseño, y a los apenas 30 gramos que pesan, llevar los Buds Wireless encima no es nada molesto; el tacto de la cinta, fabricada en gel de sílice, no molesta al tocar la piel y los cables que salen hacia los auriculares tienen la longitud correcta incluso para alguien tan grande como yo.
Estos auriculares tienen protección contra el agua IPX4, por lo que es suficiente para resistir el sudor pero no para ducharnos o nadar con ellos. Son ideales para salir a correr, ya que la banda del cuello se asegurará de que nunca los perdamos.
Lamentablemente, los propios auriculares son otra historia. El sistema usado para encajar los auriculares en nuestra oreja no es malo, pero es poco personalizable. Aquí es donde empezamos a ver algunos ejemplos de recorte de costes; en la caja sólo vienen tres pares de almohadillas, uno pequeño, otro mediano y otro grande, aunque personalmente el mediano es demasiado pequeño y el grande es demasiado grande.
Donde no tenemos ninguna opción es en el soporte superior, que sirve de punto de anclaje para mantener el auricular en su sitio. Este soporte no se puede intercambiar por otro de diferente tamaño o forma, que se adapte mejor a nuestra oreja; además, es bastante endeble y se dobla fácilmente. Como resultado, el auricular sólo se mantiene en nuestro oído por la fricción de la propia almohadilla, por lo que es incluso más molesto si no encontramos el tamaño correcto.
Un control a la antigua
La experiencia con los Realme Buds Wireless puede ser brillante o frustrante, dependiendo de lo que estés haciendo. En cuanto a lo primero, emparejar estos auriculares y empezar a usarlos es absurdamente sencillo.
Cada auricular tiene un imán en la parte exterior, para que cuando terminemos de usarlos los juntemos y permanezcan unidos; esto facilita su almacenamiento sin dañarlos. En cuanto separemos los auriculares para volver a ponérnoslos, se conectarán automáticamente con nuestro dispositivo; el proceso es inmediato a efectos prácticos, y un sonido nos indica que estamos conectados. Los auriculares son reconocidos por cualquier smartphone sin problemas, y además rápidamente gracias a la conexión Bluetooth 5.
Es a partir de aquí que empiezan los problemas. De nuevo para ahorrar costes, estos auriculares no tienen controles integrados en una zona táctil; en vez de eso, la propia correa tiene botones, con los que podemos realizar varias acciones como cambiar de canción. Incluso hay un botón con el que podemos llamar al asistente de nuestro móvil y usarlo con el micrófono integrado.
El problema es que es muy difícil pulsar estos botones a la primera. Por su colocación, no los puedes ver, y es casi imposible reconocerlos sólo con el tacto; los símbolos de cada botón tienen una pequeña elevación, pero no la suficiente para saber cuál es cual sólo con tocarlos.
Así que cambiar de canción con estos auriculares implica pasar el dedo por la zona, buscando dónde empiezan los botones e intentar adivinar si el que vas a pulsar es el que realmente quieres. Pulsar el botón central es como echar la lotería, ya que realmente no hay manera de saber dónde está.
Un sonido que compensa
Hasta ahora, los Realme Buds Wireless parecen una alternativa barata que recorta costes en demasiados apartados, y que nos hacen echar en falta modelos más avanzados. Eso es, hasta que ponemos nuestra canción favorita.
Estos auriculares suenan bien. No son excepcionales, ojo; no queremos que penséis que son una joya para audiófilos secreta. Pero sí que suenan mucho mejor de lo que tienen derecho, y desde luego mejor que otras alternativas por el mismo precio. Por eso quise dejar bien claro cuál era el precio de estos auriculares al principio; porque todas las carencias que hemos visto hasta ahora se ven compensadas por la calidad de sonido.
Es un sonido que apuesta claramente por los graves, y eso se nota especialmente cuando escuchamos música electrónica o vemos vídeos con mucha acción. En cambio, sufre un poco más con los agudos, llegando a presentar una severa distorsión cuando los forzamos en esa dirección, algo que raramente nos ha ocurrido. Como la parte media del espectro está bien cubierta, el resultado es un sonido relativamente fiel y de calidad.
Estos auriculares cumplirán su función tanto para escuchar música como para otras tareas multimedia. Uno de los problemas que temía desde el principio es el "lag", o retardo entre lo que vemos en pantalla y lo que escuchamos; y sí, es verdad que en los Buds Wireless este retardo existe, pero no se nota tanto como esperaba. He probado auriculares mucho más caros con un retardo muy superior; pero con los de Realme, puedo ver vídeos y jugar sin perder la cabeza.
El otro aspecto en el que me ha sorprendido es en el alcance, que Realme pone en los 10 metros. Normalmente, cuando una compañía habla de ese tipo de distancias, sus pruebas no suelen tener en cuenta al gran enemigo de las conexiones inalámbricas: las paredes. Sin embargo, en mis pruebas he podido seguir escuchando mi música mientras estaba en la otra punta de la casa, una prueba que han fallado alternativas más caras.
Batería, justo lo prometido
Una de las ventajas de que estos no sean auriculares clones de los AirPods es que pueden tener una batería mucho más grande almacenada en la cinta. Es gracias a eso que, sorprendentemente, los Buds Wireless cumplen exactamente la duración de la batería que promociona Realme: 12 horas.
Digo "sorprendentemente" porque la duración de la batería es de esas cosas que nunca se cumplen, y no por malicia; pero en mi caso, los Buds Wireless me han durado aproximadamente 12 horas en cada ronda, con un margen de error de apenas un cuarto de hora más o menos.
Eso los hace ideales para quienes estamos con los auriculares puestos todo el día; cubre una jornada de trabajo e incluso te sobra para el viaje y las tareas de casa. Algo que no puedes hacer con unos AirPods (o unos clones), que tienes que meter en la carcasa para recargar.
La recarga en los Buds Wireless también es rápida, pero molesta que siga usando conector micro-USB y que no incluya cargador. Aunque lo más insultante es que Realme ha metido en la caja el cable USB más corto del mundo, hasta el punto de que parece un chiste. Los auriculares colgarían directamente del enchufe usando este cable. Es normal que estos productos no incluyan su propio cargador, pero sí el cable de carga necesario como es este caso; pero viendo la longitud del cable, casi que mejor que Realme tampoco lo incluya.
Auriculares centrados en lo importante
Al probar los Realme Buds Wireless, he tenido la sensación de que Realme se ha centrado en los dos apartados más importantes de unos auriculares: el sonido y la batería. Teniendo en cuenta las limitaciones impuestas por el coste, creo que ha sido la elección correcta; será difícil que encuentres unos auriculares que suenen igual y duren tanto como estos, al precio de 39,99 € (mucho menos al precio promocional de 29,99 €).
Sin embargo, antes de ir corriendo a comprártelos debes preguntarte, ¿merece la pena hacer tanto sacrificio? Al centrarse sólo en esos dos pilares, Realme ha ignorado otros aspectos importantes, especialmente en la experiencia de usuario. Dependiendo de lo importante que sean para ti detalles como el control, la personalización o la comodidad, puede que te interese pagar más.