Los miles de vuelos en helicóptero que se realizan todos los días en el mundo demuestran la fiabilidad de una tecnología muy probada durante décadas. Por eso, como con cualquier accidente de aviación, hay que investigar hasta el más mínimo detalle para evitar futuras catástrofes.
La NTSB (National Transportation Safety Board) es un organismo independiente del gobierno que se encarga de la investigación de los accidentes aéreos civiles (entre otros cometidos) y es la responsable de la investigación del accidente de helicóptero en el que murió Kobe Bryant. Aunque el primer informe oficial del accidente se emitirá en unos 10 días, ya se van conociendo algunos datos muy reveladores.
Lo último que hemos conocido es la falta del GPWS (Ground Proximity Warning System -Sistema de advertencia de proximidad al suelo-) en el Sikorsky S-76B en el que volaba la estrella del baloncesto. Un sistema que se sirve de un radar capaz de conocer con exactitud la altura y posición de la nave respecto al suelo.
El radar emite un pulso de onda y mide el tiempo que tarda en hacer el viaje de iba y vuelta para conocer la distancia a la que se encuentra el avión o helicóptero del suelo. El sistema se sirve de esa información para alertar al piloto de la aeronave de diferentes riesgos como una tasa de descenso muy pronunciada, la propia proximidad del suelo o un ángulo de alabeo demasiado grande, entre otros.
Los GPWS o EGPWS (un GPWS mejorado con GPS) son obligatorios en todos los aviones comerciales de pasajeros y se considera como un equipo muy importante para los vuelos nocturnos o con poca visibilidad. El sistema garantiza una separación segura respecto al suelo y una configuración apropiada del avión (con el tren de aterrizaje bajado y los flaps desplegados) en el aterrizaje.
En cuanto a su obligatoriedad en los helicópteros, la NTSB tiene al GPWS como un equipamiento recomendado para los helicópteros de tamaño mediano y grande tras un accidente en 2004. Los únicos obligados a ello son los helicópteros ambulancia.
Cuando pensamos en la investigación de un accidente de aviación inmediatamente nuestra mente nos lleva a encontrar las cajas negras. Estos dispositivos que recopilan los datos de vuelo y comunicaciones en cabina tampoco se requieren en helicópteros de este tipo y el Sikorsky S-76B del accidente de Bryant no lo equipaba, según recoge Bloomberg.
Esto ralentiza y complica enormemente el trabajo de campo para esclarecer los hechos. Se espera que el informe final de la NTSB sobre el accidente se emita en un plazo de 12 a 18 meses.