Cada vez tenemos más dispositivos conectados a la nube en nuestros hogares. Empezamos con una inocente bombilla inteligente que obedecía sin rechistar a nuestras órdenes y hemos terminado dejando en manos de una conexión a internet aspectos vitales tan importantes como la cerradura de nuestro hogar e incluso la alimentación de nuestras mascotas.
También confiamos en terceros para llevar nuestros aspectos más íntimos. Por ejemplo, si instalamos una red de cámaras de seguridad en nuestro hogar y activamos la función de grabar automáticamente cuando detecte movimiento, no solemos preocuparnos por quién y cómo almacena esos datos. Y otra cuestión igual de importante: dónde.
Esto último es esencial porque dependiendo de en qué país se encuentren los servidores se aplicará una legislación más estricta o menos. Exactamente lo mismo ocurre con la fiabilidad de los servicios; una compañía muy establecida y grande suele ofrecer mejor estabilidad que otras más pequeñas que están empezando.
La mascota hambrienta
Petnet es una compañía que ha desarrollado un alimentador de mascotas inteligentes. Una de estas startups que nacen gracias al auge del cuidado cada vez mayor por los animales de compañía y al menor tiempo que pasamos en casa. Fundada a finales de 2012 en Los Ángeles, se ha hecho especialmente popular porque ha diseñado y comercializado un comedero inteligente capaz de dar la dosis de comida justa a las mascotas de todo el mundo durante varios días, de este modo, los animales disponen de cierta autonomía si el amo no pasa por casa.
Según informa la propia compañía en su página web, han servido casi 53 millones de raciones desde su creación. ¿Que cómo lo saben? Porque el comedero está conectado a la nube para que el dueño de la mascota pueda establecer la cantidad de comida justa.
Sin embargo, el pasado 14 de febrero miles de mascotas quedaron hambrientas debido a la caída de la infraestructura que controlaba la alimentación automática. Ese mismo día de San Valentín, la propia Petnet fue la que anunció a través de su cuenta de Twitter que estaban investigando el fallo del sistema que afectaba al modelo SmartFeeder de segunda generación.
El problema afecta únicamente a ese modelo y a las comidas que no estuviesen programadas con anterioridad. Es decir, si el plan de alimentación de la mascota ya estaba guardado en la nube no habría problemas y seguiría funcionando; aunque el SmartFeeder aparece en modo sin conexión.
Cinco días después y ante la avalancha de usuarios quejándose en su cuenta de Twitter, Petnet informó que estaban trabajando con proveedores de servicios de terceros. Y no fue hasta el día 22, 8 días después de la caída, cuando informaron que tanto el servicio de alimentación como la aplicación ya funcionaban correctamente.
Entre el accionariado de Petnet, están empresas tan importantes como Petco (una gigante de productos para mascotas) o Amazon. Según Techcrunch, se estima en casi 15 millones de dólares la financiación que ha conseguido desde que se fundó hace algo más de 7 años.
Dependencia de la nube
La extrema dependencia de los servicios en la nube nos hace todavía más dependientes a una conexión a internet. La red de redes ya no es una mera proveedora de contenidos o herramienta de trabajo, sino que se ha establecido como la piedra angular de nuestra vida cotidiana.
Una prueba muy sencilla la encontramos cuando la aplicación de mensajería WhatsApp se cae y miles de personas van a quejarse a Twitter. Pero la cosa se pone más seria cuando el impedimento es acceder a nuestra propia casa o no poder encender la calefacción.
Hace menos de 2 años, el servicio de domótica Nest de Google sufrió una importante caída. Entre los dispositivos afectados se encontraban los termostatos que controlan la calefacción y cerraduras inteligentes de control de acceso al hogar.
Algunos usuarios se quejaron públicamente en las redes sociales porque no podían controlar quién entra o sale de su propia casa. Otro caso es el de Netatmo, a quienes también se le cayeron sus servidores que controlaban los termostatos inteligentes de miles de hogares de todo el mundo.
Esto abre un debate muy complejo sobre si la nube es, a día de hoy, suficientemente estable como para dejar aspectos tan esenciales de nuestra vida cotidiana en sus manos. O por el contrario todavía nos faltan unos cuantos años confiando la seguridad de nuestra casa a una cerradura analógica.