Con el abaratamiento de la tecnología para construir satélites han aparecido algunas compañías con ansias de llenar el firmamento con pequeños de estos aparatos. La última en apuntarse a esta revolución es la china Geely, propietaria desde 2010 de Volvo Cars, está invirtiendo más de 300 millones de dólares en su nuevo negocio.
Geely no es solo propietaria de la clásica marca sueca de coches, posee un amplio conglomerado de marcas para las que fabrica bajo licencia. E incluso su negocio también tiene patas en los camiones, trenes de alta velocidad y drones para pasajeros.
Según la información reportada por la compañía el pasado lunes, esperan comenzar con la producción de satélites este mismo año teniendo como objetivo lanzar el primero a finales. Se desconoce qué tipo de satélite será el pionero y el tamaño o la función que tendrá. Lo que sí parece haber trascendido son los 326 millones de dólares de inyección monetaria para fabricar 500 satélites al año, según Reuters.
El objetivo de la compañía china es el de establecer una constelación de satélites de órbita baja capaces de proveer una transmisión de datos de alta velocidad. También será importante para proveer de servicios de navegación (como el GPS) e incluso se utilizará para cloud computing enfocándose en los coches autónomos. Según la compañía, se servirá de su constelación para actualizar sus coches vía OTA (Over The Air).
No se conocen muchos más detalles de la próxima gran infraestructura ni si Geely está estudiando ofrecer sus servicios de internet de alta velocidad a terceros. Algo por lo que Starlink -la constelación de SpaceX- sí ha apostado con fuerza.
Geely ha dicho que ve en la precisión del GPS un impedimento para el desarrollo de coches autónomos y otros medios de transporte "como los vuelos no tripulados". Actualmente, el servicio de posicionamiento más utilizado a nivel mundial ofrece una precisión que se puede medir en metros. Distancias demasiado grandes para el sector del coche autónomo que precisa de un error que se mueva en el orden de los centímetros.
A Elon Musk, dueño de Tesla y de SpaceX, le han preguntado en repetidas ocasiones sobre la potencial sinergia entre sus coches y la constelación StarLink. Musk ha respondido con la negativa pues el equipo necesario es demasiado grande como para implementarlo en uno de sus coches eléctricos, tal y como recoge The Verge.
Se espera que en los coches de Geely -que el año pasado vendió 2.18 millones- la conectividad con su particular constelación vaya adquiriendo más protagonismo en los próximos años y para el 2025 tengan más funciones que aprovechen los satélites.